LA sesión convocada el 16 de abril para la constitución del Parlamento de Andalucía no tiene otro objeto que la elección de los cargos de la Mesa. Pero no por ello carece de interés político, porque, como ningún partido ha alcanzado la mayoría absoluta, en la elección de esos cargos pueden darse acuerdos -o no haber ninguno- reveladores de lo que va a ocurrir en la elección del candidato a la presidencia.

La Mesa del Parlamento está compuesta de un presidente, tres vicepresidentes y tres secretarios. Como todos los partidos han obtenido el número de diputados necesarios para constituir grupo parlamentario, el Reglamento les confiere el derecho a estar presentes en la Mesa. Por tanto, no hay discusión con que 5 de los 7 puestos tienen que corresponder a los 5 grupos parlamentarios, si bien no están resueltos a priori los cargos de presidente, ni el orden de los vicepresidentes ni de los secretarios. Lógicamente, el número de votos obtenido por cada partido tendría que determinar su ordenación, pero éste lo pueden alterar acuerdos. En todo caso, hay dos puestos más que hay que adjudicar y el PSOE, por voz de su último portavoz en la Cámara, ha adelantado que el PSOE pretende también adjudicárselo, en lugar de dejarlos para PP y Podemos, que son los dos siguientes partidos más votados.

En un editorial de este mismo periódico se ha censurado esta pretensión del PSOE por no demostrar voluntad de diálogo, máxime -añado, yo- cuando tres miembros no le conceden mayoría absoluta en la Mesa. Curiosamente PP y Podemos pueden ponerse de acuerdo para votarse recíprocamente en esos dos cargos vacantes y que el PSOE pretende y sus candidatos serían elegidos, porque ambos suman más diputados (48) que aquél (47). No se escandalicen ustedes -ya se escandalizarán el PSOE y sus corifeos- por este acuerdo entre PP y Podemos, que inaugura la legislatura. Es sólo para remediar la voracidad del PSOE.

La constitución de la Mesa del Parlamento de Andalucía, que parece algo de interés exclusivo para esta autonomía, va a ser muy reveladora. Puede adelantarnos lo que va a ocurrir en la investidura de doña Susana. De esto escribiremos en la próxima ocasión. Resulta que ni ella ni su partido parecen ser conscientes de que no tienen mayoría absoluta, ni la cómoda muleta de que disfrutaron en otras elecciones, (PA e IU), pero se comportan como si la tuvieran.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios