Para los supervivientes de la generación de la transición, la capacidad de asombro que produce el ardor revisionista de la nueva izquierda española es verdaderamente extenuante. Aplicando la conocida fórmula de "petits pas grands effets" (pequeños pasos grandes efectos), están revolucionando la sociedad española desde sus más hondas raíces.

Al asalto de las instituciones del Estado que viene promoviendo el renacido Frente Popular, le sigue su instrumentación para alcanzar sus programados objetivos estratégicos. El último y quizás el más vergonzante y grave -hasta hora- es el golpe al Estado de Derecho que Sánchez y sus socios comunistas se proponen dar a la ley y a la justicia eliminando el delito de sedición del Código Penal.

Este último ataque a la unidad de España, legitimando desde el propio gobierno la actuación sediciosa y rebelde de los independentistas catalanes es el acto más grave perpetrado contra el Estado desde el 23F.

No hay estómago de un solo español decente que pueda soportar esta traición a los sentimientos y al bien común de la nación española.

A la vista de estas tropelías, ¿es de extrañar que la Sociedad Estatal de Correos, con el objeto de celebrar el centenario del Partido Comunista de España, emita el día 14, un sello con la hoz y el martillo coloreados con el rojo, amarillo y morado de la bandera republicana?. Es un signo más del uso y abuso de los organismos públicos y del dinero de los contribuyentes a favor de los intereses de este gobierno filocomunista que no es otro, que desestructurar el Estado, desde la ideología hegeliana y marxista que el partido socialista ha recuperado de la mano de Zapatero y Sánchez.

El regreso a los tiempos de la proclamación de la República catalana en 1931 por Francesc Maciá y todos los desórdenes posteriores hasta el fracaso de la Segunda República española que desembocaron en el sangriento enfrentamiento entre españoles, es hacia donde nos quiere conducir esta nueva izquierda sociocomunista, empeñada en el revisionismo histórico de la guerra civil y del régimen franquista.

Controlar la libertad de expresión, llegando incluso la portavoz del gobierno, a proponer que se acoten espacios en los medios de comunicación, para ponerlos a disposición de las noticias del propio gobierno al más puro estilo bolivariano, es una señal más de la corrupción política e institucional a la que nos está conduciendo este régimen que hoy nos aprisiona cada día más.

El Parlamento Europeo a través de una resolución del 19 de septiembre de 2019 condenó los crímenes cometidos por los regímenes nazi y comunista a lo largo del siglo XX, precisamente para resaltar la memoria histórica europea como contribución al futuro de Europa. España, por el contrario enaltece su pasado más frustrante y sangriento del siglo XX, con el sello de la hoz y el martillo.

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