Ignacio del Valle

Tazas comunicantes

Tengo la certeza de que las tazas cuánto más humildes, más aguantan

Hay objetos que, como las personas, te acompañan por los años y las mudanzas. Las relaciones personales también se desportillan; son frágiles como jarrones de Sèvres, tú ya sabrás. Sólo ante la percha de entretiempo, dando sorbos a un café oscuro como crepúsculo, soy asaltado por soñolientas meditaciones. Atiendo a la ahorrativa luz natural y reparo en la taza que recarga las pilas del telediario afán. Esa taza que espeja quinquenios cotizados. No sabes si eres tú quien elige o es ella la que se imanta a ti. En la cocina madrigueril los cajones y armarios te emboscan con menajes inútiles. Anfitriones que se esconden en nochebuena.

Comodidades abrefácil, brindis de sacacorchos, o palas de pescado carnívoro. Como la cazoletería de cobre o la sopera festiva de "no me toques", que brilla con ojos "gastrontorrones". Paradoja cutre porque solo el hecho de vivir un día nuevo en plenitud de facultades es motivo de alborozo y disfrute neotieso. Lo de las tazas comunicantes, insisto, es categoría particular. Por cada taza que se rompe, quiebran diez vasos de aguagrifo, cinco de vinoferta y tres copas de sacava. Será fenómeno a analizar con criterio científico y humanista. Tengo la certeza de que las tazas cuánto más humildes, más aguantan. Y son agradecidas como las mascotas de acogida. Solo por el hecho de resistir un viacrucis de fregadera, máquina lavavajillas o meriendas infantiles, esas lozas merecen jubilación de vitrina expositora. Un museo de la supervivencia casual. Por lo menos ese destino coleccionista se merecen los vestigios de un ajuar de soltería fina. Reliquias bristolianas de Félix Saénz, cenacherísimo gran almacén. Comparte datación otra asa intacta, de regalo kitsch, que viajó de los vicios de Ámsterdam, a los también otrora encarnados de la calle san Lorenzo. Pieza muy distinguida, por su transoceánico fluir, es la que deja entrever la palabra Verité y un logo que se desvanece con el pasar de las noticias de pega. Y la familia bipolar de sorbos friki in black. A la compilación "tazoletera" se ha incorporado otra sorpresa. La belleza de la 70ª Feria del Libro de Barcelona. Me recuerda la importancia de: "Huir para ensanchar el mundo y engullir abismos en caída voraz hacia lo hondo, hacia el orgasmo y la herida. Hacia el cielo en agua y la sangre en llamas. Huir como si quemara la sombra" por arte, poesía y espíritu librero fénix de Marçal Font.

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