Los derechos de televisión de las competiciones futbolísticas se reinflan en una burbuja que por momentos parece insostenible. El martes se conocía el nuevo contrato de la Premier League. Desde 2016 a 2019 7.000 millones de euros a repartir entre los 20 equipos. El equipo que quede colista de cada temporada recibirá 130 millones de euros como mínimo. Para hacerse una idea de lo que supone el oneroso negocio, el Málaga cobró la pasada temporada lo mismo que el Getafe y la Real Sociedad, 25 millones, en mitad de la tabla de repartos. Para afinar un poco más. El año pasado, el último equipo de la Premier League, descendido, fue el Cardiff, que firmó a Javi Guerra, ahora cedido en el Málaga tras unos meses difíciles allí, por una cifra inasumible para los equipos de mitad baja de tabla en España. El club de la capital galesa percibió 74 millones de euros por el ejercicio 2013/14 en derechos de televisión. Y está ahora en el equivalente a la Segunda División. Tiene margen para maniobrar.

El monocultivo del Madrid y el Barcelona ha propiciado una situación de desequilibrio evidente en la máxima categoría del fútbol español. Es una bendición para la competición ver a las selecciones mundiales que son el club blanco y el azulgrana. Pero si el peaje es depreciar al resto, es demasiado alto. Hay un factor que tampoco hay que apartar. Se hacen ahora las cosas con más lógica, en la carestía económica, en los clubes españoles que cuando había abundancia. Se promociona a gente de la cantera, el Málaga es un buen ejemplo, y no se hacen tantas (algunas sí) barbaridades a la hora de reclutar fichajes y despilfarrar comisiones.

Aunque la autosuficiencia, la contención en el gasto y la venta de jugadores es un buen discurso, comprobar que se pagó 400.000 euros en concepto de intermediación a una empresa por fichar a un jugador de perfil muy discreto como Marcos Angeleri habla de lo que se mueve en el fútbol y de que no todo se hace con acierto en este Málaga que tanto ha ilusionado en el césped. Ayudaría a crecer más ingresos televisivos, acordes a lo que genera el Málaga. Pero sin olvidar que si el bolsillo está roto todo lo que entra sale.