LA agencia de calificación crediticia Standard & Poor's decidió el viernes por la noche rebajar de categoría la deuda de Estados Unidos, hasta ahora con nota AAA+, debido a la preocupación sobre el déficit público pese al acuerdo alcanzado la pasada semana entre demócratas y republicanos. De esta forma la mayor potencia económica del planeta se queda en el AA+ por primera vez en la historia. Toda una bofetada a Washington. Unas horas más tarde China fustigaba a Obama al asegurar que Standard & Poor's sólo había confirmado "una horrible verdad". Mientras tanto Italia, que protagonizó junto a España la semana de las turbulencias de los mercados, decidió el viernes que acelerará las reformas previstas para lograr el equilibrio fiscal en el año 2013 con el fin de calmar a los sectores financieros y "frenar la especulación internacional". Y España intentaba por todos los medios frenar las hemorragias provocadas por los mercados en su sistema financiero. Hace unos años ni el más apocalíptico de los brokers hubiera descrito un panorama semejante. El mundo -el financiero- se derrumba y en la Unión Europea no hay ni una sola voz capaz de poner freno al poder de los mercados. Nos ha tocado vivir el peor momento económico de los últimos 60 años con los peores dirigentes políticos también de las últimas décadas y la factura que estamos pagando es muy cara. Tan cara que amenaza con llevarse por delante a todo un sistema financiero y a un modelo que nos ha conducido hasta este callejón sin salida. Lo peor de todo es que a corto plazo ni los más optimistas son capaces de dar una solución a este entuerto que, no lo olviden, afecta a cada rincón y hogar de este planeta.

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