Una despedida con aplauso

El microscopio

Las cuitas internas de los partidos obligan a movimientos que no siempre se resuelven bien. Esta semana se ha despedido del Parlamento andaluz el diputado socialista Rafael Márquez, hombre de confianza de Juan Espadas, que deja la política de primera línea para dedicarse a la abogacía. Hasta en cuatro ocasiones el Pleno tuvo palabras de reconocimiento a su trabajo, siempre riguroso en la crítica y respetuoso con los demás. Un caluroso aplauso de la inmensa mayoría de la Cámara cerró la sesión. Debería ser lo normal, pero no lo es.

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