Después de la zozobra, la calma; después del bullicio, el silencio. Las calles llenas de niños y adultos disfrazados en la noche de Halloween dejaron paso a una mañana en la que los vivos acudieron en masa a los cementerios para rendir memoria a los muertos. La tradición se mantiene intacta cada 1 de noviembre, Día de los Difuntos. Ayer, los camposantos de toda la provincia se llenaron de familiares que, con flores en la mano, quisieron hacer memoria. Minutos para el reencuentro, instantes detenidos entre los que se fueron y los que quedaron.