EL ZOCO

Juan López Cohard / Jlcohard@malagahoy.es

El diagnóstico

LA situación del sector de la promoción de viviendas es algo que sigue preocupándome a pesar de estar ya en franca retirada, cuando menos lejos de la primera línea de fuego. Pero después de casi tres décadas inmerso en su problemática es como si la llevara inyectada en vena. No deja de ser éste un sector que se mueve, gran parte de las veces, con pautas que no se corresponden con las que marcan los indicadores generales de la economía, lo que desconcierta a la mayoría de los analistas y hace realmente difícil sus predicciones.

Durante el pasado puente festivo en el que estuve, magníficamente acompañado por Luis Machuca, gran amigo y reconocidísimo arquitecto, y nuestras respectivas esposas, catando los mejores caldos de La Rioja, aprovechamos nuestro paso por Madrid para cenar con un amigo común, hoy consejero delegado de una de las mayores promotoras del país. En la cena con éste destacado experto del sector, perfecto conocedor de la situación que se está viviendo en el mundo inmobiliario, tanto a nivel nacional como internacional, no pude dejar de recabar su opinión sobre la crisis actual: qué estaba pasando y cómo veían las grandes compañías el problema. En definitiva, le requería un diagnóstico claro y directo.

Le hice toda una serie de consideraciones sobre las circunstancias económicas, políticas y sociales que podían, según mi opinión y la de otros analistas que he venido siguiendo desde hace algún tiempo, haber inducido la situación actual. Le hablé de la incidencia de las hipotecas subprime sobre el mercado de la vivienda, del efecto de las continuas subidas del tipo de interés que se habían sucedido durante el ejercicio y que siguen teniendo en la actualidad fuertes presiones para continuar su escalada, de la repercusión que pueden tener las restricciones financieras impuestas por la banca, del repunte de la inflación, también le hablé del efecto psicológico que las continuas promesas, y políticas activas del gobierno, referentes a la bajada del precio de las viviendas, así como de la ejecución de miles de viviendas de protección oficial, podían haber incidido en la demanda, igualmente le comenté el efecto de la paralización de los planeamientos en muchas comunidades autónomas, de las consecuencias de las tendencias al alza de las tasas de desempleo que se vienen publicando y, así sucesivamente, fui enumerando todas las causas que a mi parecer podían confluir en la crisis que están viviendo las empresas promotoras.

Nuestro amigo, con su porte de personaje sesudo que le caracteriza, y no falto de un finísimo humor derivado de su portentosa inteligencia, dejó sobre el plato la cococha rebozada que ya tenía ensartada en su tenedor y, parsimoniosamente, después de beber un trago de vino y depositar la copa en la mesa, volvió su mirada hacia mí y me dio, de forma clara y tajante, su diagnóstico: "Juan, el problema que tiene el sector, y que es la causa de la crisis que estamos pasando las promotoras, es que en toda España no se vende ni una puta vivienda".

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