En noviembre y con una sequía de las de época, el departamento de marketing de la Consejería de Turismo apostó por provocar uno de los pecados capitales más habituales entre los hombres para vender su producto: la envidia. Repartió en Londres 15.000 paraguas con motivo de la World Travel Market para que los posibles turistas los usaran allí porque en Andalucía no los iban a necesitar. Pero semanas después comenzaba a llover y no ha parado. Igual hay que decirles que aquello era broma y que por favor nos devuelvan el regalo.
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