POR una vez ha habido unanimidad entre los representantes de los distintos partidos políticos y sus simpatizantes. Lo del PSOE este pasado fin de semana ha sido un ridículo monumental, aunque lo peor es que ya lo fueron los prolegómenos y todo apunta a que seguirá siéndolo en las próximas semanas.

No soy, ni mucho menos, pesimista ni agorero, pero el horizonte pinta negro para España, al menos, desde el punto de vista de las Administraciones. Afortunadamente siempre quedará la inversión privada, el dinamismo, la fortaleza de la gente de a pie y el mejor clima del mundo para que podamos sobrevivir a las mil y una piedras que los políticos parece que quieren poner en el camino. Y no solo los del PSOE, sino los de todos los colores.

Si vamos a la esencia, un político no es otra cosa que una persona que se presenta a unas elecciones para representar a los demás, pues la mayoría ya estamos demasiado liados con nuestros quehaceres diarios como para pelear por esta u otra ley, este o aquel papel. Es como el delegado de la clase. Se entiende que se presenta porque tiene un comportamiento intachable y genera respeto y confianza plena entre sus representados. Que levante la mano ahora qué ciudadano se siente bien representado por los políticos que nos han tocado en desgracia a escala nacional.

En el PP están sitiados por la corrupción, con graves tramas en Madrid o la Comunidad Valenciana, dos de sus principales fortines en el país. Con los papeles de Bárcenas, nadie con dos dedos de frente pone la mano en el fuego por Rajoy ni por ninguno de sus directivos. Nadie sabe nada y no hay reacción alguna. Solo ganar las elecciones no basta. Para rematar, se disparan habitualmente en el pie con casos como el de Soria.

En el PSOE no hace falta comentar mucho más. Están en guerra civil y eso solo deja muertos y tierra quemada. Ahora, con todo lo que han liado, dicen que igual siguen con el no a Rajoy que ya defendía Sánchez. De locos. En Podemos, Iglesias y Errejón se pelean por Twitter como si fueran niños chicos o ex novios de un reality, y en Ciudadanos no saben a qué atenerse, pactando con PSOE y PP en sendas fallidas investiduras. Corrupción, guerra interna, peleas infantiles, inseguridad... Y estos son los que nos tienen que defender. Estamos apañados.