Lo imposible

Díaz pierde y Moreno adquiere el 'principio de Arquímedes': el empuje de su carisma es igual al volumen de su presupuesto

La foto del cambio de guardia en la Junta se titula Lo imposible. Es un tuit de @SebastianT0rres, jefe de prensa de Juanma Moreno; dos palabras y el recién elegido presidente rodeado de un centenar de periodistas, micrófonos, grabadoras, móviles, cámaras de foto o televisión y curiosos de toda condición. Era el miércoles a las 17:45, en el patio del Hospital de Las Cinco Llagas. Toda la atención se volcaba en el hombre que llega.

La mujer que se va todavía está repitiéndose que no puede ser verdad, que eso no le puede estar pasando a ella. Lo demostró ayer a mediodía, tras la toma de posesión. En unas breves palabras a los periodistas sobre su futuro y la legislatura que empieza se refirió ¡cinco veces! a la extrema derecha. Si la jefa del PSOE se dedica en prioridad a hacer oposición a un grupo de 12 diputados, es que no ha salido aún de la sorpresa.

Mientras Maíllo (IU) afirma que hay que juzgar al nuevo Ejecutivo por sus hechos y López Marín (CC OO) valora que el presidente esté preocupado por el empleo, los jóvenes, la vivienda, la industria… los socialistas urden pataletas. Difundieron en las últimas semanas la falsa noticia de que el nuevo Gobierno se subiría los sueldos. Y ahora claman que les han robado la idea de reunirse en Antequera, porque Moreno anunció este miércoles que celebraría un consejo de gobierno el 25 y el PSOE ya había comunicado el lunes que reuniría allí a su comité director. Otra fake news. La semana pasada el PP propuso a la presidenta del Parlamento que la toma de posesión se hiciese en la ciudad en la que se aprobó la Constitución federal de 1883 y donde se firmó el pacto autonómico de 1978. Los servicios de la Cámara evaluaron el coste de este desplazamiento, que fue rechazado por Bosquet.

Entre esta inadaptación al desalojo y la amenaza de desahucio de la ejecutiva federal, Díaz anda desorientada y sin más estrategia que gritar que está aquí la extrema derecha y que a ella la quieren mucho los andaluces y las andaluzas. También los militantes, pero con ellos tendrá un problema. Notará enseguida cómo desaparece el principio de Arquímedes aplicado a la política andaluza: el carisma de todo presidente de la Junta sumergido en el fluido de su partido experimenta un empuje vertical igual a su poder y al volumen del presupuesto que administra. En sentido contrario, el flamante presidente Moreno advertirá de inmediato su influjo positivo. No lo querían hasta ahora en Sevilla y no convencía en muchos rincones. Con el BOJA a su disposición su liderazgo está a punto de adquirir propulsión nuclear. Hace dos meses era lo imposible.

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