El zoco

juan lópez cohard

Es mi jamón, señor Garzón

Se empeña la humanidad en buscar en el Universo lo que tiene delante de sus ojos. Recuerdo que, en uno de los diálogos surrealistas de Woody Allen, en alguna de sus películas, éste, después de yacer con una espectacular e intensa morenita dedicada a la prostitución, comenzó a filosofar largamente sobre el origen del Universo y el Bing Bang, para preguntarle a bote pronto: - ¿Tu sabes lo que es un agujero negro? La joven, sin pensarlo un momento, le respondió: - ¿Tu qué crees si llevo viviendo toda mi vida de uno? Pues mientras nosotros llevamos años viviendo como marcianos en este país, se han gastado un Potosí en llegar hasta Marte en busca de seres vivos. ¿Marcianos en Marte? Qué va, en España. No hay más que ver lo que está ocurriendo para sentirse uno como un marciano recién aterrizado.

Otra película, dirigida por Zack Snyder, 300, épica-histórica, rememora fantasiosamente la heroica gesta en la que trescientos soldados a las ordenes del rey Leónidas I de Esparta dieron su vida defendiendo el paso de Las Termópilas. Gracias a dicha gesta, los coaligados griegos pudieron finalmente derrotar a las tropas persas comandadas por el rey Jerjes I. Era el siglo V a.C. Emulando la histórica proeza, otros trescientos aguerridos malagueños se han manifestado por las calles de Málaga en defensa de la libertad de un rapero condenado por la justicia por delincuente, que no por rapero, aunque ya por ser (no hay más que leer sus letras que rapea) humanamente execrable, componer una infame música y escribir una aberrante y amenazadora letra cargada de odio, merecería ser inhabilitado de por vida para cualquier manifestación artística pública.

Arde Barcelona. Arden Madrid, Valencia, Granada... Por la libertad de expresión del payaso rapero. ¿De verdad arde media España por el bufón? ¿Quién, y con qué intenciones, está detrás de esas bandas de jóvenes vándalos? No hay nada en sus mentes. No les mueve ninguna ideología o no es, si la hay, lo importante. Es más peligroso. Solo se trata de destruir el orden. El problema es el establecimiento de un clima de terror y la instauración del caos. La intención es desestabilizar España y preparar un clima prebélico como antesala de una pretendida revolución hacia la nada, porque no hay alternativa o, peor, la alternativa es una sociedad como la venezolana donde rige el caos social y económico. Y lo que hace que uno se sienta como un marciano en su tierra es que parece que el plan mane del mismísimo Gobierno. Porque no existe, como nos quieren hacer creer un Gobierno de orden (PSOE) y un Gobierno incendiario (UP). El gobierno es solo uno y todos mancomunadamente son responsables de lo que está pasando.

Hacen falta otros trescientos aguerridos defensores del orden y la democracia. Otros trescientos que se manifiesten, cuando menos, en defensa de nuestros valores, nuestras riquezas y nuestra libertad. Ya valdría que, por ejemplo, se manifestasen contra ese ministro, malagueño para más inri, que nos quiere quitar nuestra industria del turismo, nuestro aceite y nuestro jamón. Enfrentémonos al ministro, como John Wayne a Lee Marvin en El hombre que mató a Liberty Valance, al grito de: es mi jamón, Garzón.

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