Al lado de Putin y los rusos

Aunque todos los países de la Unión Europea han apoyado a los ucranianos, el (des)Gobierno de España se niega a enviar ayuda

Ayer y en Ucrania, las bombas rusas se cebaron en el edificio del parlamento regional de Járkov -segunda ciudad de aquel país- reduciéndolo a escombros que aplastaron al personal civil. Poca importancia tiene este hecho, si se le compara con la muerte de uno sólo de los ciudadanos de aquel desgraciado país, de uno sólo digo, de entre las muchas muertes producidas por la perversa y tiránica voluntad del presidente Putin. Pero es que, a mi modo de ver esta guerra, el bombardeo y destrucción de ese edificio parlamentario no es sino un símbolo, una alegoría de todo cuanto está aconteciendo en aquel país, catecúmeno de urgencia ante la Unión Europea, timorata y lenta aún ésta en eficaces resoluciones. Esa destrucción parlamentaria es metáfora del absoluto y definitivo desprecio de los gobernantes rusos por las voluntades de aquellos que quieren ser, simplemente, ciudadanos libres y no sólo en Ucrania, sino en cualquier país, en cualquier nación que ellos, por su interés caprichoso e imperialista, quieran señalar.

Con independencia de que existe alguna región ucraniana con ciudadanos que tienen claras simpatías prorusas, lo que está claro es que aquella nación es plenamente independiente y soberana y habrá de resolver, internamente y según su ordenamiento jurídico, las apetencias y deseos de sus propios naturales que en absoluto pueden ser excusa válida ante intervenciones extranjeras.

La realidad en Ucrania no es sino la guerra, un estado horrible de cosas y circunstancias que surgen cuando se produce la ausencia de la cordura. En este caso, además, por la abrumadora y despótica decisión de una nación inmensa, como es Rusia, de invadir y anexionarse otra, por la fuerza coercitiva de su tremendo y desproporcionado poderío militar que, aún así, no es capaz de apabullar el justo orgullo patriótico de esa nación invadida, más pequeña, más débil y ausente de poderosos aliados y protectores que la ayuden, hasta ahora y con eficacia suficiente, para detener el sufrimiento, el horror y la muerte que Rusia está infligiendo a aquella ciudadanía ucraniana, ante los ojos del mundo.

Por cierto -y termino- aunque prácticamente todos los países de la UE lo han hecho o lo están haciendo, el (des)Gobierno de España; presidido por el socialista y timorato Pedro Sánchez; y por la decisiva influencia de sus ministros comunistas ha decidido no ayudar a los ciudadanos ucranianos enviándoles armas para su defensa. Yo creo que así se retratan, poniéndose, descaradamente y como malas personas, del lado del infame Vladimir Putin y sus rusos invasores. ¿O no?

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios