AUNQUE el continuo crecimiento del paro en Andalucía no estimula a mirar el futuro inmediato con optimismo, desde la entrada de Griñan al frente del Ejecutivo, algo comienza a moverse en nuestra Comunidad. Si bien es cierto que la situación económica en España, así como las medidas que se están adoptando por el Gobierno nacional, condicionan y lastran en gran medida la política económica que se pueda hacer desde la Junta, ésta está dando muestras de desmarques positivos para paliar los efectos de la crisis. No será tarea fácil volver a poner la maquinaria en marcha, eso lo sabe muy bien el presidente, pero también sabe que tocando las teclas adecuadas y engrasando la maquinaria los motores volverán a funcionar en plazos aceptables.

Agilizar la pesada administración de la Junta es la mayor de las prioridades para engrasar la maquinaria económica, Griñan es consciente de ello, y ya lo apuntó el consejero Espadas hace unos días. También es fundamental desenmarañar la enredada tela legislativa creada por la administración anterior, simplificándola y clarificándola. Lleva esa tarea su tiempo pero es necesario apretar el acelerador y desmontar lo que se ha convertido en una auténtica rémora para todos los sectores de la actividad económica. Estoy convencido de que nuestro presidente es consciente de que el euro que no se invierta hoy puede haber emigrado mañana, y no se puede vivir eternamente de los capitales públicos que irán menguando si los capitales privados emigran. Las subvenciones y subsidios son pan para hoy y hambre para mañana, por lo que se hace necesario trabajar para un mañana sin tales ayudas públicas.

Reactivar la economía en base a un modelo competitivo y sostenible requiere del desarrollo y aplicación de las nuevas tecnologías en el marco de la protección medioambiental. Pero la base del éxito está, no sólo en el desarrollo de nuevos sectores industriales en los que partimos de cero, sino también en su aplicación a aquellos sectores tradicionales en los que tenemos unas ventajas comparativas muy importantes. Ejemplo de ello está siendo la magnifica labor de la Consejería de Turismo con el desarrollo de planes innovadores, como el que se está haciendo en nuestra provincia con los municipios de la Sierra de las Nieves, o el esfuerzo inversor (14.000 millones de euros), con la colaboración de empresas privada y del sector financiero, que está negociando la Consejería de Obras Públicas.

En Málaga, ¡por fin!, después de cuatro años en stand by, se reactiva el plan de los arrabales del centro histórico. Las tecnocasas previstas en la que se denominó "ciudad del conocimiento", magnífica idea y excusa para recuperar una de las zonas más deprimidas del centro, pueden comenzar a promocionarse. La Junta ha librado los "cheques" para realizar las expropiaciones, le toca ahora al Ayuntamiento llevarlas a cabo. Nos queda la duda: ¿vencerán los pagarés? De todas formas nos queda la impresión de que algo se mueve en Andalucía.