Ignacio del Valle

Estado de multa

Lo que le digo: que ha muerto Charlie Watts, de los Rolling, un símbolo de nuestra libertad finisecular

La web de los Rolling Stones está de luto. Una foto de Charlie Watts. Un tipo discreto de elegancia inoxidable. Los rockeros de chupacuero diferenciaban entre los que se referían a sus Satánicas Majestades como "los Rolling" y los "Stones". Nos vendieron aquella gira europea como la última ocasión de ver a los talluditos en directo. 5 de julio de 1982 primer día de examen de selectividad en Pamplona. La cosa salió tan rodada y con ganas de San Fermín que nos salimos de madre y en mi caso me pulí los dineros del pasaje de tren de regreso en copas. Fraternidad de COU. Compañeros que intuíamos que nos volveríamos a ver jamás.

En el garito sonaba Wild Horses, una balada ñoña que solo los tipos duros pueden cantar sin perder la pose. Con una resaca infernal completé la segunda ronda de ejercicios y a continuación calvario en autostop. Sucesión de camioneros hospitalarios y ávidos de conversación, atravesando los secarrales de campos a 70 km/h. Llego a la madriguera a las tantas de la madrugada. Estoy a 9 de julio, me despierta mi madre con el regalo de una entrada para ver el concierto de los Rolling el 9 de julio, eso sí que es un detalle de graduación. Por supuesto pierdo el autobús y me encalomo a dedo hasta Madrid donde con la mejor compañía disfruto del primer macroconcierto de mi vida. Otros recuerdan como se exprimió al Naranjito en el Mundial del Fútbol del 82.

Para ciertos divergentes el concierto de los Rolling Stones fue el banderazo de salida de la modernidad. 39 años después de la celebración de aquel flashazo he vuelto a cruzar España de cabo a rabo de toro por autopistas y autovías como alfombras al fresquito del aire acondicionado, zonas de descanso, estaciones de servicio, hiperconectividad con el asistente virtual que puntualiza al milímetro dónde estás y con quien. Unas comodidades sci-fy en un país que parece atormentado, cabreado y en puro estado de multa. El temor a que te cace un radar de carretera recaudatorio, te boleteen por ir a más de 30 por hora en el casco urbano o te pases unos minutos de parquímetro. Lo que le digo: que ha muerto Charlie Watts, de los Rolling Stones, un símbolo de nuestra libertad finisecular.

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