EL ZOCO

Juan López Cohard

El origen de los especímenes

SE cumple ahora el bicentenario de la teoría evolucionista de Darwin. Todos los seres vivientes, para el gran científico, han ido evolucionando a lo largo de los siglos hasta alcanzar, para adaptarse al medio, las características con las que los conocemos en la actualidad. La teoría de la evolución no la discute nadie, pero si Darwin, en lugar de embarcarse en el HMS Beagle y estudiar las especies que encontró en su gira por el Cono Sur, hubiese venido a España y hubiese estudiado los especímenes y la selección natural de políticos españoles, su teoría nunca habría sido formulada por el extraordinario científico, ya que jamás han evolucionado lo más mínimo. Su inteligencia, honradez, capacidad, apego al sillón, al coche oficial y al boato, además de mentir miserablemente, para venderle la moto que quieren, a un pueblo que, desgraciadamente, tampoco ha evolucionado mucho, continúan inamovibles desde su origen hasta nuestros días. Nuestras especies políticas lo que sí confirman es la teoría de Parménides: nada cambia, todo permanece, el ser es uno, es inmóvil y es ingénito. Estaba claro que el presocrático estaba definiendo a nuestros políticos. "Lo que es, es y lo que no es, no es".

La embestida de Rajoy, haciendo saltar por los aires el pacto por la justicia, demuestra la teoría. No es una situación, ésta en la que nos encontramos, para romper un pacto tan necesario para el buen funcionamiento de nuestro estado de derecho. Se equivoca el PP. Sus problemas internos no los puede trasladar a las instituciones del Estado en perjuicio de todos los españoles. Ya están bastante perjudicados. Aunque tenga toda la razón en lanzarse a la yugular del ministro de Justicia. Bermejo, que no disfruta precisamente de mis simpatías (y no precisamente por serlo), no se puede permitir el lujo de tener actitudes chulescas, bastante frecuentes en él, y menos, mentir descaradamente al justificar su presencia en una cacería con el mediático juez Garzón. No asiste un ministro a una cacería sin el conocimiento de quiénes son los asistentes. No asiste un ministro a una cacería sin que los servicios de seguridad comprueben quiénes están junto a él armados con rifles. No existe una cacería, o una montería, con asistencia de altos cargos de las administraciones públicas, de la política, del empresariado o de cualquier institución que no se haya organizado para hablar de intereses políticos o de negocios. Sólo en pueblos con cotos de caza públicos, donde se mata la perdiz, el conejo o el jabalí, como es el caso de mi querido y bello pueblo de Casabermeja, van los vecinos y amigos a cazar por diversión. En cualquier caso Darwin en su obra El origen del hombre… a Bermejo lo hubiese encuadrado, no como descendiente del mono sino del pájaro, concretamente del tero, que en un lado canta y en otro pone los huevos.

Y en EEUU ya van cinco los que han dimitido por decencia o desacuerdo con la política de Obama. Nuestros especímenes son más resistentes. ¿Dimisión? ¡Vamos, hasta ahí podíamos llegar!

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