En plan

El idioma es dinámico y evolutivo y a veces algunas expresiones inconcebibles llegan para quedarse

Probablemente todos hayamos caído en la cuenta de esa muletilla final que suena recientemente en cada frase de nuestros jóvenes: "en plan". Para cualquiera de nosotros, más mayores, esta terminación siempre era acompañada de un adjetivo que caracterizaba su significado: en plan tranquilo, en plan sigiloso, en plan tonto, etc. Pero he te aquí que nace una nueva acepción para estos términos que supone un conflicto entre la antigua y la nueva escuela, y traen consigo un uso incesante e innecesario. Podemos pues comprobar que, si prescindimos de la curiosa terminación, las frases se encadenan de igual forma. Por tanto, han nacido nuevos términos para, una vez más, alargar el idioma sine die.

Habitualmente las evoluciones de los lenguajes, como lo es el andaluz del español o el inglés americano del británico, tratan de optimizar la cantidad de palabras expresadas sin perder el significado de las frases. Es decir, necesitamos el mínimo de términos para expresar las mismas ideas. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, son muchos los divulgadores, especialmente en política, que suplen la escasez de ideas con el llenado de palabras innecesarias y descontextualizadas. Y así, aunque la Real Academia de la Lengua, recomiende un uso fluido del lenguaje, nos encontramos con los sempiternos "nosotros y nosotras", "ellas y ellos", "españoles y españolas", que alargan hasta el hastío los discursos faltos de contenido.

Evidentemente el uso de "en plan" más curioso es cuando trata de dar una explicación más profunda de una idea, tratando de reforzarla, mediante una nueva definición unida a través de estos términos. En este momento, expresiones tan nuestras como "es decir", "o lo que es lo mismo", "dicho de otra forma", se olvidan y son sustituidas por esta asombrosa muletilla que intenta conectar las ideas. Pero está claro que el idioma es dinámico y evolutivo, y que a veces algunas expresiones inconcebibles llegan para quedarse. Lo que no debería ocurrir es que "en plan" se convierta en un final de frase sin más o en una cadena de explicaciones sempiterna, pues ambas situaciones serían funestas para el enriquecimiento del español.

Al final son la facilidad y la elegancia del lenguaje las que lo llevan a su máxima difusión y, como decía el genial matemático francés Henri Poincaré: "Una palabra bien elegida puede economizar, no sólo cien palabras, sino también cien pensamientos".

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