Punto de vista

josé Ramón / del Río

El problema de la abstención

SI el 31 de octubre no se ha formado Gobierno, habrá que celebrar por tercera vez elecciones. Si ocurre, la sensación de fracaso es irremediable, porque han pasado desde la primera elección más de 10 meses y los políticos, no han conseguido ponerse de acuerdo cuando España tiene importantes problemas que resolver. Lo único conseguido ha sido obligar a dimitir al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, obstinado en negarse a consentir la investidura del ganador de las dos elecciones. Pero ni con esta dimisión, arrancada a la fuerza, el problema está resuelto y el 31 está ya ahí y la investidura necesita de unos trámites, que consumen días.

Se dice que a fin de evitar las terceras elecciones, que según las encuestas darían la mayoría absoluta al PP y pérdida de escaños al PSOE, éste ordenará a sus diputados una abstención. No cabe otra opción, descartada la que buscaba Sanchez, pactando en secreto con Podemos y los independentistas, para hacerse con el Gobierno. Pero cuando escribo, tampoco es seguro que, mediante la abstención se produzca la investidura, porque los pocos pronunciamientos públicos se ratifican en el no. La dificultad está ahora en cómo articular esa abstención: de todo el grupo o sólo de los 11 indispensables.

Los partidos imponen a sus diputados disciplina de voto y si incumplen, dependiendo de la importancia del asunto, la sanción va desde la multa, hasta la expulsión del partido, aunque no la privación del escaño, porque éste es del diputado. En este caso, la abstención de todo el grupo, parece que no se puede imponer, porque son conscientes que algunos no cumplirán. El portavoz, Antonio Hernando, mantenido en su puesto, no será el que rompa la disciplina, pero es de suponer que Pedro Sanchez no cambiará su no. También algunos más han manifestado que no cambiaran el no. Y, aunque urge buscar una solución, se aplaza la decisión, pero la ronda de consultas del Rey ya está convocada y señalada las fechas del debate de investidura y de las votaciones, por lo que es de suponer que se parte del supuesto que se producirá la investidura. Descartada por imposible, la abstención de los 84 diputados del PSOE más el canario, se comprende la dificultad de adjudicar las 11 abstenciones. En esa tarea deben estar. Si me permiten la broma, no sirve el viejo sistema de diezmarlos, porque siendo 85, sólo se podrían adjudicar 8 o 9 abstenciones. Tendrán que pedir voluntarios, llamando a su abstención "técnica" o "por necesidades del guión" o, sencillamente, ausentándose de la sala.

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