El desenfoque

raquel / Garrido

lo que está por venir

NADIE podía imaginar hace unas décadas lo que la mano del hombre podía llegar a hacer contra su propio planeta, el que lo acoge y al que le debe su propia existencia. Pero sí, es una realidad que confío en que ya nadie se atreva a poner en cuestión. Ni siquiera el primo de Rajoy. Los cambios en el clima como consecuencia de las emisiones contaminantes se están produciendo desde hace años y sus efectos son ya más que visibles. No lo digo yo por una mera cuestión de alarmar al personal. Lo llevan advirtiendo expertos de todo el mundo desde hace mucho tiempo, pero el nuevo documento elaborado por el II Panel Intergubernamental de la ONU sobre Cambio Climático (IPCC) presentado ayer no deja lugar a dudas. Es el más extenso y contundente hasta la fecha acerca de este proceso climatológico que, más allá de su repercusión directa sobre el clima, tendrá unas consecuencias sociales dramáticas en las próximas décadas a las que habría que empezar a prestar atención en serio. Y es que este informe alerta de que el cambio climático ya ha afectado a la disponibilidad de alimentos y de agua en diversas partes del planeta, y que aún será peor a medida que avance este siglo en el que se prevé un aumento de los flujos migratorios y un mayor riesgo de los conflictos entre poblaciones debido a estos fenómenos. Todo ello se deberá a bajadas del rendimiento de los cultivos en diversas partes del mundo, al registro de fenómenos climáticos extremos como olas de calor, tifones, lluvias torrenciales, inundaciones, sequías y a cambios en los patrones migratorios de diversas especies animales. Pero si nos advierten constantemente sobre el peligro que corre nuestro planeta ante este escenario ¿por qué nos empeñamos en no hacer nada y quedarnos impasibles mientras estamos cambiando el clima?. No logro entender esta postura cobarde de los Gobiernos, administraciones, organizaciones y ciudadanos en general que no se toman en serio estas advertencias. Es muy probable que la mayoría de nosotros no estemos aquí cuando todos esos cambios del clima se materialicen en el planeta. Pero es que ¿acaso tenemos derecho a cargarnos el planeta y no permitir a las generaciones futuras disfrutar de él? La mano del hombre está detrás de todo este fenómeno y tiene que ser él el que trate de frenar sus consecuencias. Habrá cambios ya difíciles de contrarrestar, pero estoy convencida de que aún se puede parar parte de su preocupante evolución. Sólo hace falta disposición y tomarse en serio lo que está por venir porque no es ninguna broma.

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