Droga y tiros en la Costa

EDITORIAL

Cinco muertos y diez heridos es el balance de los once tiroteos registrados en lo que va de año en la Costa del Sol. El último, la semana pasada, se saldó con la muerte de dos supuestos gángsteres escoceses ligados a un clan del narcotráfico de las Islas Británicas. Un sicario los ejecutó en la terraza de un pub de Fuengirola, atestada de clientes, y se fugó en una moto. No es el último episodio ligado al crimen organizado en Málaga. El jueves, tres presuntos atracadores relacionados con una banda de un país del Este, acababan con sus vidas y se cobraban la de un policía nacional fuera de servicio. Los delincuentes colisionaban frontalmente su coche contra el del agente cuando circulaban en dirección contraria en su huida tras robar una farmacia por el método del alunizaje. Pero el problema de inseguridad no sólo está instalado en esta provincia. Cádiz y, en especial, el Campo de Gibraltar; el Guadalquivir en Sevilla y Huelva; las narcolanchas en puertos de Granada y Almería. El radio de acción de estos grupos organizados es muy amplio y esquivan muchas veces la presión de las Fuerzas de Seguridad. Ni los anuncios de planes específicos y teóricos refuerzos han sido suficientes. Andalucía es una puerta de entrada a Europa del hachís y la cocaína. Y las redes de narcos hace años que están asentadas y operan en la región. El problema es que, como advierten los expertos, también asistimos a continuos vuelcos, los robos de alijos entre clanes, que desembocan en una especie de guerra civil que, en la mayoría de las ocasiones, se sustancia a tiros en lugares públicos. El TSJA ha pedido más jueces y juzgados ante este “aumento de la criminalidad” en la Costa del Sol. Los sindicatos policiales demandan más medios. Y la Junta proclama que al Gobierno “se la ha ido de las manos” la seguridad. Al sector turístico le preocupan las repercusiones internacionales de estos episodios a las puertas del verano. El escenario actual exige respuestas rápidas y eficaces.

stats