Hasta seis formaciones distintas pueden estar representadas en el Ayuntamiento de Málaga que salga de las urnas el próximo 26 de mayo. Y no es el único caso de importantes ciudades de la provincia donde se presentan múltiples alternativas a un lado y otro del espectro ideológico que anticipan un resultado muy incierto y unos pactos posteriores de gobierno posiblemente también muy complejos.

Quizá la principal incógnita ante estos comicios se centra en la Casona del Parque. Después de casi dos décadas de un gobierno tan personalista y que, es de justicia reconocer, tantos avances ha proporcionado a la capital de la Costa del Sol, los votantes tendrán ahora la oportunidad de determinar si ha llegado el momento de ponerle fin a la etapa de Francisco de la Torre o aún conserva la confianza para gobernar hasta 2023. El candidato a la Alcaldía del PP cuenta en su haber con tres mandatos con mayoría absoluta, desde que Celia Villalobos le transfiriera el poder en 2000, y un cuarto, este último y el menos fructífero, con el respaldo de Ciudadanos. Su reto, que hasta la celebración de las pasadas elecciones generales nadie ponía en duda, es conservar su posición como primer partido más votado y que el reparto de concejales le permita aglutinar una mayoría absoluta con Ciudadanos y muy posiblemente también con Vox.

Pero, asimismo, la izquierda y, en especial el PSOE, considera que se halla ante la primera oportunidad real en casi un cuarto de siglo de arrebatarle el poder al PP. A su favor juegan los resultados de los recientes comicios de abril, donde los populares sufrieron un claro retroceso en todos los distritos de la capital. Los socialistas esperan rentabilizar esa oleada de optimismo. Pero en unas elecciones municipales se examina una gestión muy cercana al votante y los candidatos también pesan en la urna.