Tribuna

Eduardo Moyano Estrada

IESA-CSIC

Trump y los aranceles agrarios

Deben ser las empresas las que, asumiendo los riesgos que conlleva la economía de mercado, redefinan su propia estrategia comercial

Trump y los aranceles agrarios Trump y los aranceles agrarios

Trump y los aranceles agrarios

En la pasada movilización del 10 de octubre en Madrid, los agricultores se mostraron indignados con la subida arancelaria acordada por la Administración Trump y que afecta a algunos de nuestros productos más emblemáticos (aceite de oliva, vino, queso…). Es comprensible su indignación, al considerarse víctimas de una guerra comercial entre la UE (Airbus) y EEUU (Boeing) por el control del mercado mundial de la industria aeronáutica, un sector tan alejado del agroalimentario.

¿Cómo afecta directamente al sector agroalimentario? Hay que recordar que los EEUU es el primer socio agroalimentario de España fuera de la UE, ya que concentra el 15,1% de nuestras exportaciones a terceros países. Para hacernos una idea de su magnitud, baste señalar que, en 2018, el valor de las exportaciones españolas en el sector a los EEUU ascendió a 2.032,04 millones de euros (equivalentes al 4% del valor del total de las exportaciones agroalimentarias españolas), representando en ese año un saldo positivo a favor de España de 33,6 millones.

Según datos del MAPA de 2018, las exportaciones a los EEUU de los sectores afectados por la subida arancelaria (aceite de oliva, vino, aceituna de mesa, queso, porcino, cítricos…) representan un valor de 1.093,8 millones de euros. No obstante, la subida de aranceles sólo afectaría al 70% de ese valor (764,6 millones de euros), ya que cada sector no es afectado en su totalidad (por ejemplo, en el caso del aceite de oliva la subida arancelaria sólo afectaría a los productos envasados, pero no a las ventas a granel).

El MAPA estima, por tanto, que subir los aranceles al 25% equivaldrá a encarecer el valor de las exportaciones en unos 191,18 millones de euros. Esto significa que, para un mismo volumen de las mercancías exportadas a EEUU y afectadas por la subida de aranceles, el coste de la factura exportadora se elevaría a 955,88 millones de euros (764,7+191,18). Sin embargo, es un hecho que la situación de cada sector varía mucho a la hora de afrontar las consecuencias de una subida de aranceles. Por ejemplo, en el aceite de oliva, España exportó en 2018 109.000 toneladas a los EEUU (en torno al 5% del total de la producción española), pero al afectar, como he señalado, la subida arancelaria sólo al producto envasado, podrán continuar las ventas a granel.

Asimismo, la cooperativa DCoop, uno de los grandes grupos exportadores españoles, es copropietaria de la marca norteamericana Pompeian, por lo que no se verá afectado el aceite comercializado a través de ella. A su vez, Deoleo, el otro gran grupo exportador, dispone de plantas de envasado en otros países no afectados por los aranceles de Trump. Y lo mismo ocurre con los grupos Acesur, Borges o Migasa, que envasan parte del aceite en plantas en Túnez o incluso en los EEUU.

No obstante, estos sectores advierten de los efectos indirectos que la subida arancelaria puede tener a medio y largo plazo dentro de cada sector, ya que puede abrir la puerta del mercado americano a productos que compiten con los españoles y que proceden de países no afectados por los aranceles (Italia, Grecia, Portugal, Turquía, Marruecos…).

Alertan también del efecto dominó que la subida arancelaria podría tener sobre el conjunto de los productos españoles en un mercado como el de los EEUU, donde es muy difícil entrar, pero fácil de que te saquen debido a la feroz competencia. La exclusión de un producto español puede afectar a las preferencias de los consumidores norteamericanos y provocar la caída de otros productos.

Aunque la negociación con los EEUU tiene que ser a escala de la UE y al máximo nivel, los distintos sectores se han movilizado para reclamar compensaciones en caso de que se haga efectiva la subida arancelaria, como ya ha trasladado a la Comisión Europea el propio ministro Planas en su rápido viaje a Bruselas. Se da la paradoja de que la subida arancelaria ha ayudado a que la Comisión autorice el almacenamiento del aceite de oliva al considerar que la situación actual responde a una coyuntura excepcional.

Pero, sea como fuere, deben ser las empresas las que, asumiendo los riesgos que conlleva la economía de mercado, tienen que redefinir su propia estrategia comercial. Deberán buscar alianzas con otros grupos empresariales no afectados por la subida de los aranceles si no quieren perder posiciones en el mercado norteamericano. También tendrán que buscar nuevos mercados (dentro y fuera de la UE) o incluso fortalecer su presencia entre los consumidores españoles.

Una apostilla. Dejemos de especular con falsas noticias sobre la mayor capacidad de Italia o Grecia para defender sus intereses porque no es verdad. Si no están afectados es porque no forman parte del consorcio Airbus. Todas las especulaciones no hacen más que dividir a la UE, que es lo que pretenden los EEUU.

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