Atascado y sin Secretos: Málaga-Marbella-Málaga en cuatro horas
Un conductor relata en primera persona la odisea que sufrió al volante este jueves por la tarde en la gran retención por la operación salida
Retenciones kilométricas en varios puntos de la provincia en el inicio del puente
Retenciones a la altura de Torremolinos y también en la carretera de Campanillas, advierte Tráfico a través de la radio en el boletín de las 20:00. A las 20:18 tomo la avenida de Andalucía, dejo a la izquierda la antigua salida al aeropuerto y unos kilómetros más adelante, la primera caravana. Debí circular por la Carretera de Cádiz, como toda la vida. Se reanuda la circulación.
Igual todo está solventado. Un espejismo. Comienza el gran atasco. Son las 21:20 y no he llegado a Torremolinos. El panel informa que hay seis kilómetros de retenciones por delante y faltan 11 para llegar a Benalmádena. Me salgo por la salida del Palacio de Congresos. Atravieso la ciudad y me incorporo de nuevo a la A-7. El concierto comienza a las 22:00 y tampoco hay tanta distancia a Marbella. El coche respira y recupera la velocidad. Quedan poco más de 20 kilómetros para Marbella y elijo la autopista. Qué tontería. Tráfico informa de que son 51 minutos si se opta por el peaje y 52 si los conductores se ahorran los ocho euros. Debe estar mal. Casi nadie circula por la autopista, me escamó. Avanzo. El navegador dice que he recortado diez minutos. Igual llego antes de las 23:00. Tráfico tenía razón. Lo de antes era una caravana normal, esto sí es un atasco. Los conductores se desesperan y se lanzan con velocidad por el arcén. Por momentos crecen los carriles ocupados por vehículos. Parece el éxodo de una gran ciudad poco antes de que la invadan los marcianos. No me he encontrado con un solo policía. Accidente más adelante, avisa el navegador. Otro, informa minutos después.
Pocos alcances ante el escenario de pavor que se observa. Me salgo por La Cañada. Curso rápido para probar fórmulas físicas para sortear rotondas. Debajo la autovía son coches parados hasta donde llega la vista. Regreso a Málaga desde la Avenida Ricardo Soriano. Ya no recordaba lo peligrosa que era la antigua carretera. La carretera de la muerte le llamamos. Entre los coches de lujo que te pasan a gran velocidad y los volantazos que hay que dar por las bruscas incorporaciones, se viaja de sobresalto en sobresalto. Paro antes del Faro de Calaburras. Mala suerte. La cocina cerraba a las 23:00. Regreso al punto de partida. Son las 0:15. Cuatro horas para un Málaga-Marbella-Málaga y el concierto de Los Secretos, si hay suerte, en 2026.
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