Una guarida para el teatro

Una mesa, dos actores y tres espectadores. Teatro Clandestino ha dado con su propia guarida, una pequeña habitación en la segunda planta del bar La Polaca, frente al mercado municipal de Marbella, donde desde el año 2011 cada jueves interpretan algunas de las piezas de Tennesse Williams. "Son obras que en el circuito profesional difícilmente se representan por el minutaje de las mismas", argumenta Pedro Domínguez, director, quien agregó que "desde el principio teníamos claro que no lo queríamos hacer en un escenario al uso, por eso surge esto de manera clandestina".

Apenas diez metros cuadrados donde la magia de la interpretación se convierte en el principal aliado. "Al estar tan cerca de los actores tratamos que el espectador se sienta incómodo, porque es un texto bastante duro y una situación que bien podría ser real. Cuando acaba es difícil desconectar de la experiencia que han tenido en la mesa", explicó. Y así es como surgen los grupos de conversación entre actores y espectadores, donde ambos tratan de compartir la experiencia vivida durante los cuarenta minutos de su duración. "Quieren comentar la obra porque se sienten implicados con lo que ha ocurrido ahí", añade, por su parte, Auxi Tapia, codirectora, quien junto a los actores Marga Ferrer y Alfonso Sánchez forman los cuatro clandestinos.

Tras casi cuatro años y más de 700 espectadores entre ambas piezas surge, además, un aula de teatro, donde tratan de explicar a los interesados su método de trabajo. "Para nosotros es fundamental el cómo lo contamos, y no el qué cuenta la obra. Eso se lo dejamos al espectador porque realmente una obra depende de las experiencias del espectador", señala Domínguez.

Para entrar a esta guarida clandestina basta con contactar con ellos a través de su página de Facebook, aunque el límite de espectadores ha provocado una pequeña lista de espera, con lo que será necesario pedir cita con antelación. El precio es de 5 euros.

Háblame como la lluvia y déjame escuchar y No puedo imaginar el mañana han sido las dos obras de Tennesse Williams elegidas por esta compañía. "Son dos textos que desde su primera lectura nos sorprendió. En ambos está presente el reproche, en uno desde la pareja y en el otro desde la amistad", concluyó.