La Policía desmantela tres veces en un año un club de cannabis de Fuengirola en el que vendían droga

El local ofertaba en redes sociales una gran variedad de marihuana, como si de una tienda de estupefacientes se tratara

Ofensiva policial contra los clubes cannábicos de Málaga: "Muchos son un gran negocio para traficar con droga"

Una de las imágenes del material intervenido por la Policía / Policía Nacional de Málaga

La Policía Nacional, en una actuación con la colaboración de la Policía Local, han desmantelado en Fuengirola, por tercera vez en lo que va de año, un club privado de fumadores de cannabis en el que presuntamente se distribuían sustancias estupefacientes a cualquier persona que accedía al local, incluidos no asociados.

Según el relato policial comunicado en una nota informativa, los agentes han detenido a una empleada del establecimiento por su presunta implicación en un delito de tráfico de drogas y se han intervenido 13 kilogramos de marihuana, 130 cigarros tipo "porro", golosinas de cannabis, 17 gramos de hachís, 1.180 euros en efectivo, seis básculas de precisión y dos cajas fuertes.

Agentes adscritos a la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional en la Comisaría de Fuengirola, con la estrecha colaboración de la Policía Local de la ciudad malagueña, han llevado la actuación contra este club de fumadores de cannabis situado cerca del paseo marítimo, donde, según las pesquisas, se vendría produciendo la venta al menudeo de marihuana y hachís a socios y no socios.

Según las investigaciones, la asociación utilizaba la cobertura legal del club para suministrar marihuana y hachís a personas no asociadas, que adquirían la droga dentro del local para abandonarlo instantes después con las dosis.

Captadores de clientes

Los agentes comprobaron también como el local se encontraba publicitado en redes sociales ofertando gran variedad de marihuana (como si de una tienda de droga se tratara), y con un gran cartel publicitario en una de las zonas más transitadas por los turistas en Fuengirola. La trama disponía, además, de colaboradores que realizaban la labor de captación de clientes en las inmediaciones del establecimiento.

Una vez obtenidas suficientes pruebas que confirmaban la actividad ilícita, el operativo culminaba con el desmantelamiento de un punto de venta de droga, la detención de una empleada de 33 años como responsable de la venta de la droga, la propuesta de sanciones por varias irregularidades en el local, y la intervención de 13 kilos de marihuana, 130 cigarros tipo "porro", golosinas de cannabis, 17 gramos de hachís, 1.180 euros, seis básculas de precisión y dos cajas fuertes. De los hechos conoce el Juzgado de Instrucción número tres de Fuengirola.

Con la creciente aceptación social del cannabis, las asociaciones que lo defienden están proliferando bajo la premisa de cumplir con los requisitos legales. Sus estatutos recogen -casi exclusivamente- lo relativo a los cursos y charlas para plantar marihuana. Y de ahí que la Policía haya intensificado su control y las inspecciones, basando su estrategia en horas de vigilancia en las entradas y salidas de los locales y la identificación de los consumidores. Así, han averiguado que en Málaga capital operan un total de ocho clubes. Cuatro de ellos se han podido cerrar definitivamente con droga incautada, dinero y detenciones. Los otros continúan abiertos, pese a los múltiples apercibimientos de los investigadores. “Se resisten; no hay forma de acabar con estas asociaciones. Lo que se persigue es el negocio de venta de estupefacientes. Cada vez hay más y son un gran negocio a manos de extranjeros con antecedentes por narcotráfico”, aseveran investigadores implicados en estos casos.

El caso del insumiso que incumplió cuatro decretos de cierre

El caso más singular lo protagonizaría más tarde otro club, también en Puerto de la Torre, a comienzos de mayo. Había incumplido el decreto de cierre, de dos años, que se le había impuesto hasta en cuatro ocasiones. A la quinta ha ido la vencida, aunque el día de su caída los responsables no se lo pusieron fácil a la Policía. Las fuertes medidas de seguridad impedían el acceso al interior. Una U de metal unía el suelo con la puerta, que efectivos del Grupo Operativo de Apoyo (GOA) acabaron derribando. Su encargado, un sueco de 24 años, fue detenido. Una vez dentro, el GIP intervino gominolas y dulces artesanales con THC y unos 80 vapers que contenían también esta sustancia, además de marihuana y MDMA, ocultas entre el mobiliario, y utensilios para su venta. Su perfil de Instagram sigue activo, con imágenes de consumidores fumando marihuana.

El vacío en el que operan estas asociaciones encarna el agujero legal en el que se mueve el consumo de marihuana en España. Y a ello se añade que aquí no se permite el consumo de estupefacientes en ningún local. CBD, también conocido como cannabis o cáñamo, es la única sustancia que se pueda comprar legalmente.

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