La cofradía de Estudiantes hace suya de nuevo la calle Alcazabilla

La hermandad lució por primera vez la restauración de sus Imágenes, más marcada en el rostro de la Dolorosa

En la plaza del Obispo le realizaron un homenaje a las víctimas de la guerra de Ucrania

El Santo Cristo Coronado de Espinas en la calle Alcazabilla. / Domingo Mérida

Los nazarenos de túnicas burdeos y escudo bordado de la cofradía de Estudiantes, penitentes de la sección del Señor, y los verdes, de la sección de la Virgen, salían a las 17:00 de la iglesia de San Agustín.

Desde allí recorrieron los pocos metros que separan la sede canónica de la casa hermandad y formar el cortejo en Alcazabilla. La amplia vía, vallada para impedir que el público dejara sin hueco a los tronos, volvió a ser conquistada por la cofradía, como lo hace cada Lunes Santo.

En el estrecho callejón de Marquesa de Moya, antes de iniciar la procesión, los mayordomos responsables de esta tarea organizaban los cirios, bastones y enseres que conformarían el nutrido acompañamiento del Santo Cristo Coronado de Espinas y Nuestra Señora de Gracia y Esperanza, que volvían a la calle un Lunes Santo después de dos años de espera.

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El homenaje de Estudiantes a las víctimas de la guerra en Ucrania

El himno y las campanillas anunciaron la salida del Cristo Coronado de Espinas, que sobre su trono dorado enmarcado por grandes faroles inició a las 17:35 su salida procesional al son del tradicional Gaudeamus Igitur.

La Imagen lució este año su restauración, igual que lo hizo poco después la Virgen de Gracia y Esperanza. Fue una de las novedades de la jornada y llamó especialmente la atención por el más que significativo cambio de la Dolorosa, un rostro diferente al que lució por última vez en 2019.

Rostro recién restaurado de la Virgen de Gracia y Esperanza. / Domingo Mérida

La Virgen con su manto verde y su palio bordado en oro sobre su altar de plata salió con su candelería encendida y fue recibida con aplausos poco antes de dar la curva hacia la calle Císter. Acompañada por la banda de música La Soledad de Cantillana, la Dolorosa continuó su avance hasta la plaza del Obispo.

Allí realizarían su primer momento destacado de la tarde, cuando ambos tronos se colocaron de cara a la puerta de la Encarnación de la Catedral Malagueña para escuchar el himno de Ucrania en homenaje a las víctimas de la guerra.

Detalle del rostro del Santo Cristo Coronado de Espinas. / Domingo Mérida

La cofradía de Estudiantes, promovida en 1943 por un grupo de jóvenes alumnos y exalumnos del Colegio San Agustín, fue la última en cerrar el recorrido oficial del lunes. Antes de entrar en Tribuna, el Señor con su manto rojo y la espalda expuesta tras recibir latigazos de castigo y su Madre, bendijeron las calles Calderería y Méndez Núñez, Tejón y Rodríguez, Carretería, Fajardo y Cisneros. Tras el paso por la torre sur de la Catedral iniciaría de nuevo, con cierto retraso sobre el horario previsto, el camino a su casa hermandad.

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