La bendición del Nazareno del Paso: un sitio, dos tiempos

La archicofradía del Paso y la Esperanza realizará la bendición del Nazareno en la plaza de la Constitución por partida doble: la primera, tras la petición de la venia para acceder al recorrido oficial de la Semana Santa; la segunda, abierta a la ciudadanía, una vez regresen a su templo en la madrugada del Viernes Santo.

El artista Eugenio Chicano será el responsable de poner voz en ambas ocasiones al soneto que se interpreta desde los años cuarenta. La corporación nazarena tiene prevista su llegada a las 23:20 para que, en torno a la medianoche, se pueda producir la bendición en la plaza de la Constitución. El trono del Nazareno del Paso girará en el espacio existente entre la nueva tribuna oficial y el pasaje de Chinitas para que se produzca este hecho singular orientado a calle Especería, donde se encontrará en ese momento la Virgen de la Esperanza.

Una vez finalizado su paso por el recorrido oficial, cuya cruz guía está previsto que llegue a la confluencia de Molina Lario con calle Strachan a las 1:30, el cortejo ascenderá Marqués de Larios para que, sobre las 2:15, se produzca la segunda bendición del Nazareno del Paso. En esta ocasión el trono se orientará hacia el sur y obligará a comprimir el cortejo de la Virgen para que, como se hizo hasta 2018, ambas imágenes se encuentren frente a frente de manera simbólica.

La corporación del Jueves Santo suplirá así la bendición que, desde los años ochenta del pasado siglo, se venía realizando en la Tribuna de los Pobres como centro popular cofradiero de la ciudad. El cambio de recorrido oficial y de itinerarios de las jornadas procesionales obligaba a la hermandad perchelera a suprimir su paso por calle Carretería, por lo que la junta de gobierno buscó la fórmula de mantener este acto en el enclave señalado a petición del Obispado.

La corporación realiza la representación del Paso de Cristo en la plaza de la Constitución desde la fundación de la misma, simulando el tránsito de Jesús por la calle de la Amargura en su ascenso al Monte Calvario, donde fue crucificado. Desde el siglo XX se mantiene esta tradición con un soneto escrito por el cronista malagueño Joaquín Díaz Serrano tras el encargo que le realizase José González Marín, conocido como el Rapsoda de Cártama, en los años veinte. Tras los sucesos de mayo de 1931 y la Guerra Civil, la corporación recuperó este acto tal y como actualmente se conoce. La pieza se recita de manera ininterrumpida desde entonces, exceptuando los años en los que, a causa de la lluvia, no se ha podido realizar su estación de penitencia.

Desde hace unos años, diversas personalidades del periodismo y el arte han puesto voz al soneto, bien en directo o a través de una grabación. Luis del Olmo, Carlos Herrera, Matías Prats o Santi Souviron antecedieron a Eugenio Chicano en esta tarea, aportando matices diferentes tanto en la tribuna oficial como en la escalinata de Carretería.