El convento de San Leandro, con la inestimable colaboración de la Fundación Cajasol, se ha embarcado en la restauración de su retablo principal, y con ello, de las tablas y esculturas que conformaban el primitivo retablo de su iglesia, realizado por Jerónimo Hernández a finales del siglo XVI. Las seis escenas que componían este conjunto de estilo manierista se integraron en la nueva obra barroca realizada en 1747 por Pedro Duque Cornejo y actualmente presentan un precario estado de conservación. La primera de las escenas en pasar por el taller de Carmen Bahima y Juan Alberto Pérez Rojas para su recuperación ha sido la del Bautismo de Cristo.
La tabla del Bautismo de Cristo está realizada en madera tallada, estofada al temple sobre oro fino y con las carnaduras policromada al óleo mediante la técnica tradicional del pulimento. Su estado de conservación era muy deficiente, por lo que era necesaria su intervención, especialmente en las cuestiones de adhesión de policromía.
De Jerónimo Hernández a Duque Cornejo
La ejecución del antiguo retablo mayor de la Iglesia del convento de San Leandro está claramente atribuida a los escultores Diego de Velasco y Jerónimo Hernández, quienes el 12 de marzo de 1582 la contrataron, mitad por mitad, con el monasterio de San Leandro y se obligaron a hacer en toda perfección la talla y la escultura. Así lo asegura Salvador Guijo, historiador del convento, que ha publicado un completo artículo en la revista especializada Arte Hispalense.
El diseñador, o trazador, de la obra, se identifica con Juan de Oviedo, quién se encargó de realizar la nueva iglesia entre finales del XVI y principios del XVII. El retablo fue contratado el 13 de marzo de 1582, aunque no fue terminado hasta doce años después.
Para la policromía se contrató a los pintores Antonio de Alfián, Vasco de Perea, Diego de Zamora y Juan de Sauceda. "De entre los cuatro pintores me decanto por Antonio de Alfián, cuya relación con Jerónimo Hernández venía de lejos", sostiene Guijo, quien añade que con toda probabilidad también participó en las tareas Vasco de Perea:"También dejó una tabla con Cristo y la Magdalena que se conserva en la iglesia y tuvo gran devoción en la Sevilla del XVII, llamado el Cristo Auxiliador".
El retablo fue terminado el 19 de enero de 1594. No obstante, fue sustituido en 1747 por el actual de estilo barroco que fue ejecutado por Pedro Duque Cornejo. "El que nos ocupa fue vendido al padre José de Castro, provincial del Carmen Calzado, en 4.000 reales de vellón, como se recoge en la declaración realizada por Teresa de Anguiano, estando ubicado actualmente en la ciudad de Málaga", añade Guijo.
No corrieron el mismo destino los seis relieves que representan el Bautismo de Cristo, la Flagelación, la Adoración de los Reyes, San Agustín, San Juan Evangelista y la Oración en el Huerto de los Olivos, que fueron incorporados en la nueva obra, así como las tallas principales del retablo, las cuales se encuentran actualmente en el refectorio, tanto el san Leandro de bulto redondo, como los santos Pedro y Pablo; y un crucificado que remataba el calvario del retablo que se conserva en el coro bajo. "Desconocemos el paradero del resto del programa iconográfico proyectado y si éste se realizó tal y como se describió", concluye el historiador.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios