Nos acercamos a la Navidad y uno de los deseos de miles de personas en el Mundo es poder visitar en alguna ocasión el Polo Norte, epicentro de maniobras de Papa Noel y lugar que esconde muchos tesoros y curiosidades más allá del impresionante frío con el que amenaza a aquellos ciudadanos acostumbrados al clima tropical. Observar auroras boreales, construir un iglú, pescar en hielo, disfrutar una sesión de aguas termales, pasear en trineo o realizar un safari fotográfico se encuentran entre los mejores planes que hacer en el Polo Norte. También hay otra curiosidad que se ha puesto de moda en esta segunda tercera década del siglo XXI que consiste en visitar los supermercados de aquellos lugares que visitas. Lo hacen los extranjeros al llegar a España y los españoles cada vez que salen de nuestras fronteras, con resultados de lo más sorprendentes. Como ha ocurrido con @emedeamores, una influencer española, que ha pasado unos días dentro del círculo polar ártico, y no ha dudado en visitar un supermercado para compararlo con los españoles. Así funcionan los supermercados en el Polo Norte.

Un supermercado abierto las 24 horas del día

Distribución de supermercado en el Polo Norte

En el vídeo que difunde a través de su cuenta de TikTok puede verse cómo el acceso al supermercado es de 24 horas al día y que nadie atiende a la gente que necesita comprar sus provisiones. Para entrar a la instalación hay que presentar una tarjeta de crédito y te cuesta un 1 euro. Además, a la puerta te indican que debes quitarte los zapatos y si deseas no ir descalzo encuentras un calzado que ellos asignan junto a las cestas de la compra. 

A partir de ahí, el típico supermercado en el Polo Norte no difiere demasiado de uno convencional español, dividido por diferentes calles en las que se distribuyen los productos. En muchas poblaciones el número de habitantes el mínimo y, como explica la protagonista del vídeo, "tú puedes coger lo que quieras y te lo cobras tú a ti mismo".

Para entrar a la instalación hay que presentar una tarjeta de crédito y te cuesta un 1 euro

Zona de cobro en supermercado del Polo Norte

Patatas fritas, zumo de mango, surtidos de chocolate, gominolas y un helado de fresas. La compra de @emedeamores ha ido más bien encaminada a probar los caprichos noruegos, pero no precisamente en lo que a delicias de pescado se refiere. Al llegar a la caja ella misma ya intuye que el precio va a ser notablemente más alto del que sería en suelo español. Alrededor de 20 euros termina pagando ante la vigilancia de una cámara que la observa en sus movimientos, aunque ella pone en duda que este sistema funcionara en nuestro país "¿Qué pensáis vosotros que pasaría si en España ponen un supermercado así?", termina reflexionando mientras sale del supermercado para tomarse el helado en mitad de la noche.