Unicaja

Breogán - Unicaja: Un equipo granítico (65-76)

Dylan Osetkowski lanza a canasta. Dylan Osetkowski lanza a canasta.

Dylan Osetkowski lanza a canasta. / ACB Photo

El Unicaja es un equipo granítico, capaz de mudar la piel para enfrentarse a distintos escenarios de partido. Se ha hablado mucho tras el partido de Copa ante el Lenovo sobre si no es capaz de ganar en otros registros cuando el rival plantea trampas. De un partido no se puede hacer una tesis. Y lo que demuestra el cuadro dirigido por Ibon Navarro, encuentro tras encuentro, es que es capaz de vencer en pistas y contra adversarios muy diversos. En Lugo también lo consiguió (65-76) tras un duelo no muy brillante pero sí serio hasta el extremo, sobre todo en un segundo tiempo en el que salió a la superficie todo el trabajo de desgaste previo y en el que se ajustaron los tornillos para que el rival dijera basta. El resultado es que el Unicaja tendrá en su mano asaltar el liderato de la ACBel próximo domingo en el Carpena ante el Real Madrid. En ocasiones hace falta pellizcarse. Y sí, habrá que medir de nuevo al equipo en situaciones de presión máxima más adelante, en play off. Pero, mientras tanto, hay que disfrutar del proceso.

El Breogán planteó un partido incómodo al Unicaja. Casi ningún equipo gana sencillo en el Pazo y es reconocido por los entrenadores rivales el buen trabajo de Veljko Mrsic, que crea problemas a los rivales y les despoja en parte de su identidad. Igualó y superó los niveles de intensidad y agresividad que distinguen al Unicaja, que competía y forzaba pérdidas (13 al descanso de los rivales), pero a cambio el Breogán entraba a saco al rebote y en la batalla de los tableros arrasaba (24-10, con 11 de ataque, tras 20 minutos). No asegurar ese segmento impedía al Unicaja realizar su juego, correr a discreción. Jogela y Nakic superaban a sus pares para coger rechaces, lo que compensaba el 3/16 triples lucense. El Unicaja disponía de un menor volumen de tiros no se sentía cómodo.

Perry entra a canasta. Perry entra a canasta.

Perry entra a canasta. / ACB Photo

A pesar de ello, el cuadro de Ibon Navarro dominaba el grueso del partido en el marcado, aunque no fuera en ritmo. Osetkowski daba sus picotazos y 13 puntos tras pérdidas metía tras 20 minutos el Unicaja. Un par de canasta de Thomas, grandes defensas de Taylor para robar y correr. En varias ocasiones se colocaba con seis puntos de renta (25-31 la última), pero no superaba esa frontera y al descanso el resultados era un escueto 33-34.

El paso por el vestuario no cambió la dinámica demasiado. Seguía siendo un partido espeso. Y uno de los campos de mejora del Unicaja es moverse en esos terrenos pantanosos en los que no puede imponer su juego predilecto. No deja de ser algo bueno curtirse en este tipo de encuentros, aunque sea con rivales de zona baja, para cotas mayores. Ahí emergía el talento diferencial de Tyson Carter y Dylan Osetkowski, porque este es un equipo de autor y con el bloque por encima de las individualidades, pero éstas no son menores. Picó el escolta creando y metiendo y ejecutó el californiano con dos triples consecutivos, desde la esquina y desde la diagonal tras fallar otro, para. 16 de los 22 puntos en el tercer cuarto entre los dos y el tren ya sobre las vías (46-56) al final del tercer periodo.

Y ahí el pescado estaba vendido. Aunque Perry hacía un partido extrañamente nefasto y se iba con una técnica, el equipo dio un paso adelante. Un Kalinoski entre algodones por un virus salía para meter dos triples que terminaron por de torcer el brazo de su antiguo equipo. El Unicaja sigue cabalgando y encadenando victorias antes de una semana grande que se avecina. Lo primero, Bursa y la BCL.

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