Unicaja
  • El alero del Unicaja relata cómo fue transcurrió su carrera hasta llegar a Málaga y cómo disfruta aquí 

  • Explica que su licenciatura le ayudó a comprender mejor el mundo y adaptarse a cada lugar al que va

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Entrevista a Kameron Taylor: “La Sociología me ayudó a integrarme a cada lugar que voy”

Kameron Taylor posa en Los Guindos. Kameron Taylor posa en Los Guindos.

Kameron Taylor posa en Los Guindos. / Javier Albiñana

Kameron Milton Allante Taylor (Landover, Maryland, 1994) fue el único fichaje de esta temporada del Unicaja. Se ha integrado rápido en un avión que volaba a gran velocidad. Capaz de hacer muchas cosas diferentes en la pista, ha ofrecido un gran nivel en las victorias de Madrid y Vitoria, pero tiene una regularidad importante en aspectos menos vistosos del juego. Compañeros y entrenador hablan maravillas de él. Se sienta con Málaga Hoy para hablar largo y tendido de su experiencia vital y de cómo ha encajado en el Unicaja y la Costa del Sol.

–¿Cuáles son sus sensaciones en su primer año en Málaga?

–Me siento bien. Como equipo hemos tenido un muy buen noviembre, sólo hemos perdido un partido y hasta ahora me siento muy bien como parte de este equipo.

–¿Se siente más cómodo jugando como dos o como tres?

–Me siento capaz de jugar en los dos. Depende un poco de nuestras rotaciones, del tipo de quinteto que quiere poner en ese momento el entrenador. A quién debo defender, qué se me pide en ese momento en ataque... Cualquiera de las dos posiciones puedo cubrirlas según lo que necesite el equipo.

–Es la única pieza nueva en un equipo que funciona como un reloj. ¿Se sintió extraño en algún momento?

–Antes de venir aquí sí debo reconocer que estaba algo nervioso. Era plenamente consciente de que había sido un equipo exitoso. Tenía que incorporarme a lo que habían construido la temporada pasada y quería ayudar. Seguro que me puse presión en mis hombros para no defraudar. Quería ponerme al nivel lo más rápido posible, pero todo ha ido encajando rápido, ha ido funcionando. Los compañeros me ayudaron, me decían que simplemente hiciera mi juego, me relajara y que todo saldría.

–¿Es difícil meterse en un grupo así? No sólo dentro, sino también fuera de la pista.

–Podría ser en un grupo normal, pero no en este grupo. Son muy buenas personas. Ellos se aseguran de que estés bien tanto dentro como fuera de la pista.

Kameron Taylor, durante la entrevista. Kameron Taylor, durante la entrevista.

Kameron Taylor, durante la entrevista. / Javier Albiñana

–¿Qué le pide el entrenador?

–Me demanda energía, se la pide a todos los jugadores. Poner mis fortalezas en el parqué con la máxima intensidad, maximizar mis cualidades.

–Tiene menos bola y tiros que en Girona el año pasado.

–Pero yo me siento muy cómodo también. El año pasado tenía 30 minutos por partido y aquí hay mucha calidad. La única manera de tener minutos es dar siempre el 100% cuando estás en pista, no importa el tiempo que juegues.

–Esa idea de mucha energía y 100% la comparten todos.

–Es muy divertido estar en la pista cuando ves que todos los compañeros dan el 100%. Hace el juego mucho más divertido.

"Podemos ganar a cualquier equipo pero también podemos perder con cualquiera si perdemos el foco”

–Ha jugado en el Maccabi y en otros buenos equipos. ¿Siente que esta plantilla está al máximo nivel?

–Desde luego. Podemos llegar tan lejos como queramos, pero tenemos que seguir concentrados. Ni muy alto, ni muy bajo, siempre en el camino.

–Fueron grandes victorias en Girona y Madrid, pero ¿analizaron por qué iban perdiendo de 17 y 21 puntos?

–No estoy seguro, quizá no empleamos la energía adecuada o no estuvimos lo suficientemente concentrados. Tenemos que trasladar esa concentración e intensidad de los últimos cuartos a los primeros. Por ejemplo, en Bilbao sí logramos hacerlo. Entrenamos en ello, trabajamos para que ocurra.

Kameron Taylor, durante la entrevista. Kameron Taylor, durante la entrevista.

Kameron Taylor, durante la entrevista. / Javier Albiñana

–¿Cómo empezó en el baloncesto?

– Con cinco años mi madre me dio un pequeño juguete de baloncesto y lo tenía todo el día en las manos. Jugué a otros deportes. Hice fútbol americano, béisbol, también hice atletismo... Cuando llegué al instituto era pequeño para jugar al fútbol americano y tampoco me gustaba tanto correr, el baloncesto creo que era el equilibrio perfecto (risas).

–Nació en Maryland, pero muy cerca de Washington.

–Sí, en Landover, estaba a 10 minutos de DC, es como si fuera de la capital, sí.

"Me puse presión en mis hombros cuando vine por llegar a un equipo ya formado, pero ha ido encajando”

–¿Cuándo siente que puede ser profesional?

–En el instituto aún no lo pensaba, hasta que no llegué a la universidad no tuve esa inquietud. Entonces, con lo que hice, sí pensé que podía ir al siguiente nivel. Estudié en Seton Hill, en Pennsylvania. Fueron de los mejores año de mi vida, seguro. Fue progresión constante. Mi año de freshman, después sophomore un poquito, en junior un poco mejor y mi explosión fue en mi año senior.

–Se licenció en Sociología.

–Es una historia divertida. Empecé a estudiar Biología, Ciencias, pero era tan difícil y tenía que dedicarle tanto tiempo para sacar buenas notas que no podía dedicarlo al baloncesto. Necesitaba encontrar un equilibrio entre los estudios y el baloncesto. Escogí Sociología y era más divertido y más interactivo. Pero, honestamente, también era más fácil compaginar estudio y baloncesto. Creo que me ha ayudado mucho en mi vida profesional. En Sociología estudias muchas culturas diferentes y abres la mente, ayuda a integrarte en diferentes sociedades. Viví en Alemania, Francia, Israel, ahora España... Puedo aplicar muchas cosas de las que estudié en la carrera en mi vida diaria para entender mejor el lugar en el que estoy.

–Alemania, su primera estación.

–Fue un año difícil. Jugué en la segunda división para no bajar a la tercera y después hubo un salto grande porque acabé jugando esa temporada en primera. Fue el primer choque con la élite, de ser un profesional de verdad. Me sentí muy cómodo en Alemania, tengo amistades aún por allí que conservo, los fans son muy cariñosos.

–Llega a Hamburgo y le dirige un técnico español, Pedro Calles.

–Fue mi primer técnico español y, honestamente, creo que me preparó mucho para venir a la ACB años después. Cuando vine a Girona para jugar con Aíto sentía que lo que enseñaba yo ya lo sabía, me sonaba de antes. Con Ibon es una sensación similar. Obviamente hay cambios entre uno y otro, pero siento que todo parte del mismo lugar, como si fuera la misma escuela. Los fundamentos son muy parecidos.

Kameron Taylor posa para Málaga Hoy. Kameron Taylor posa para Málaga Hoy.

Kameron Taylor posa para Málaga Hoy. / Javier Albiñana

–Aquí no se le conoce apenas, pero Pedro Calles es un técnico de 40 años que está haciendo una gran carrera en Alemania.

–Yo disfruté mucho de él. Es un entrenador asombroso, va a llegar muy lejos en su carrera. Es muy disciplinado, sabe cómo hacer llegar lejos a cada uno de sus jugadores. Maximiza a cada jugador, su talento. Es muy inteligente.

"El año pasado veía partidos del Unicaja y se notaba que disfrutaban, se palpa en los gestos y el lenguaje corporal”

–Allí jugó contra Osetkowski.

–Así es, también contra Kravish cuando estaba en Alemania. Y en Europa contra Tyler cuando jugaba en el Banvit, contra Kendrick en el Panathinaikos, el año pasado contra todos en Girona, antes con Will en Mónaco... Me sonaban casi todos.

–Llegó al Maccabi, a la Euroliga, tras ese gran año en Hamburgo, pero salió en enero. ¿Qué ocurrió?

–Fue duro adaptarse en esa situación. Estábamos en pleno covid, las cosas empezaron mal... Para mí fue duro aplicar mi juego, entender qué debía darle al equipo. Entonces quise buscar una situación más favorable y fui a Estrasburgo.

–Le ocurrió también a Kendrick Perry. Llegó al Panathinaikos, a la Euroliga, y no se consolidó. Aquí le vemos como jugadores de ese nivel superior. ¿Qué piensa que sucedió?

–Cierto, lo hemos hablado varias veces y los dos hemos concluido que es un tema mental. Somos buenos tipos dentro y fuera de la pista, nos gusta que haya buen ambiente, llevarnos bien... Pero hay momentos en los que las cosas se ponen duras y hay que perseverar. Pero aprendes de ello y seguro que lo tendremos en la cabeza si esa oportunidad vuelve de nuevo.

Kameron Taylor, con sus compañeros. Kameron Taylor, con sus compañeros.

Kameron Taylor, con sus compañeros. / ACB Photo

–El Unicaja no está en Euroliga, pero ¿siente que juega en un nivel cercano?

–La Euroliga no son los partidos que ganas sino la consistencia que mantienes. No es como empiezas sino como acabas, tener unos buenos play off... Es más una línea constante.

–Hemos visto la mejor versión de Kameron Taylor en las victorias en pistas de Euroliga, Vitoria y Madrid. ¿Fue también una especie de reivindicación?

–Me sentí bien, es verdad, pero no porque fueran equipos de Euroliga. Eran partidos complicados y sentí que ayudaba al equipo. Es el mejor sentimiento. Seguro que es una motivación jugar contra los mejores rivales, pero intentamos hacerlo igual en cada partido. Tienes motivación contra Gran Canaria, que son los campeones de la Eurocup, contra Joventut, que son semifinalistas en todo... Hay muchos equipos en la ACB en los que encuentras motivación. Es la mejor Liga de Europa, con distancia sobre las demás. Respeto mucho a los entrenadores. Todos, desde el primer clasificado al último, siento que tienen unos planes de partido muy inteligentes, te ponen pruebas en cada ataque o defensa. Los entrenadores creo que marcan las diferencias con respecto a las demás ligas. Y los jugadores, claro, también. Pero los entrenadores creo que son especiales.

"Cuando era pequeño jugaba con Marc Gasol en el 2K; cuando me llamó para ir a Girona...”

–Vemos una gran química en el equipo. Por ejemplo, los jugadores americanos quedaron el Día de Acción de Gracias para cenar juntos.

–Es importante que los tipos con los que pasas muchas horas cada día te gusten, tengas una buena amistad con ellos, se nota después en la pista. Nadie se enfada cuando te corrigen errores, puedes hablar las cosas cuando el tipo que está al lado te respeta y quiere.

-Nos sorprendió que tras sólo un año en Girona se le hiciera ese recibimiento, con un regalo, una camiseta...

–Girona fue una casa para mí. Tuve una conexión especial con los compañeros, la organización, la afición... Pasó algo especial, sentía como si llevara 10 años jugando y no sólo uno. No tengo palabras para describirlo, fue realmente bonito.

–¿Cómo fue jugar con Marc Gasol?

–Impresionante. Siempre cuento la misma historia. Cuando yo era pequeño jugaba en el 2K con Memphis Grizzlies y manejaba a Marc Gasol. Cuando recibí su llamada para venir a Girona fue... Guau, piel de gallina.

Marc Gasol homenajea a Kameron Taylor en Girona. Marc Gasol homenajea a Kameron Taylor en Girona.

Marc Gasol homenajea a Kameron Taylor en Girona. / ACB Photo

–Aíto había entrenado en Alemania antes. Aquí en España es considerado un maestro. ¿Cómo fue jugar para él?

–Es una de las razones por las que escogí también Girona, jugar para Aíto. Le conocía de Alemania, había sido campeón varias veces en varios años. Estaba muy contento por aprender de él cuando supe que entrenaba él. Un honor haber estado con él un año, también me sirvió mucho.

–Fue rápido su fichaje por el Unicaja. ¿Cómo ocurrió?

–De locos. Vi que Darío había firmado por el Barcelona y Juanma e Ibon me llamaron. Me dijeron que yo era su hombre. Tuvimos una pequeña conversación y fue sencillo. Si estáis preparados, yo estoy preparado. Y ya está. No tuvieron que convencerme. Me hablaron de la plantilla, yo conocía el éxito que habían tenido el año anterior. Yo veo partidos de todos los equipos, pero cuando uno juega y gana como el Unicaja pues ves más. Y se podía ver que los jugadores disfrutaban, Ibon parecía un gran entrenador. Ves la actitud, el lenguaje corporal, los gestos, cómo disfrutan... Sí, eso se palpa.

–El club vive ahora una ola muy positiva después de años duros. ¿Siente esa atmósfera especial en el Carpena?

–No conocí los años malos del club, es mi segundo año en España, sólo los he conocido en éxito. Soy consciente de ello porque busqué algo de información, pero yo he visto aquí al Unicaja jugar muy bien y ganar mucho.

–¿Cómo fue ese proceso de integración?

–Fue bastante fácil, porque lo que me pide Ibon, lo que pide a los demás jugadores, lo puedo dar naturalmente. No es nada especialmente diferente. Sabemos dar el 100% todos.

Kameron Taylor celebra una canasta. Kameron Taylor celebra una canasta.

Kameron Taylor celebra una canasta. / Javier Albiñana

–Le hemos visto defender a un base como Campazzo o a un jugador más grande como Ojeleye. Puede defender desde el uno al cuatro rival.

–Siento que sí. Estoy orgulloso de mi defensa. Creo que es una de mis mejores cualidades en la pista y me gusta ponerla al servicio del equipo.

–¿Y se disfruta defendiendo?

–Seguro, seguro. También se puede disfrutar. Sobre todo en un equipo que también disfruta. Por ejemplo, con Alberto, me gusta jugar con él en pista, es muy divertido. Será agresivo hacia la bola y marca la línea de todo el equipo.

–¿Con qué compañeros está más cercano?

–Probablemente Kendrick, pero también Will, Dylan, Tyson, Tyler, Dave... Todos son divertidos y me lo paso genial. Quizá con Kendrick porque mi novia y su mujer también son muy cercanas y pasamos tiempo. Pero también con los jugadores españoles: Jony, Yankuba, Alberto... Todos los tipos son buenos, hay gran química.

–¿Le gustaría estar muchos años en Málaga?

–Hasta ahora diría que sí, seguro. Pero no sabemos qué nos depara el futuro. Firmé dos años, pero el Unicaja es un club en el que me veo, sí.

–¿Cuál es el principal reto esta temporada?

–Seguir concentrados. Siento que somos un equipo que podemos ganar a cualquiera, pero también podemos perder con cualquiera. Si estamos con la mentalidad adecuada en cada partido podemos hacer grandes cosas, pero sólo así.

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