El reverso positivo de la desbandada de internacionales que padece el Unicaja en los próximos 10 días es que un puñado de jugadores de Los Guindos vive desde ayer y hasta el próximo martes una experiencia que a buen seguro será inolvidable en sus carreras. No habrá hueco para todos en el primer equipo en el futuro, igual no se consolida ninguno, pero la alegría y la ilusión eran la nota predominante en un entrenamiento que arrancaba una semana atípica, que detiene la pretemporada durante 10 días. "Por causas ajenas suspendemos temporalmente la pretemporada por falta de personal que pueda atender las indicaciones técnicas. Rogamos disculpen las molestias", decía ayer con guasa Pedro Martínez, técnico del Baskonia, en las redes sociales. Podría firmar debajo Luis Casimiro.

Era el primer día de colegio y también una jornada especial para los bases Lucas Muñoz y Alessandro Scariolo, el escolta Javi Rodríguez y los interiores Jeffrey Godspower, Ismael Tamba y Matheus Maciel. Todos internacionales con España salvo el brasileño Maciel, algunos recientes subcampeones de Europa sub 16, como Rodríguez y Godspower. Generaciones de nacidos en 2001 y 2002 que convergerán este año a las órdenes de Germán Gabriel en el equipo junior. Son los jóvenes que esta semana trabajarán con Luis Casimiro y el resto de jugadores del primer equipo que no se ve afectado por la diáspora: Dani Díez, Carlos Suárez, Kyle Wiltjer, Brian Roberts y Viny Okouo más Morgan Stilma, que será el jugador número 13 esta temporada y que jugará con ellos en los partidos de Liga EBA. Casimiro dará oportunidades a sabiendas de que Real Madrid y Olympiacos llegarán con más jugadores del primer plantel.

Aunque no sea una palabra muy popular en estos días, los canteranos podrán hacer un máster acelerado esta semana, en la que pueden jugar ante Spanoulis, Llull, o Rudy Fernández en el Costa del Sol que se celebrará de jueves a sábado en la provincia. Alguno ya ganaba medallas cuando ellos gateaban. Y testar de primera mano lo que es la dinámica de un equipo profesional, el sueño que persiguen antes de que el embudo de la élite cribe. Hay esperanzas puestas en este grupo de edad en Los Guindos. Chavales de 16 y 17 años que abren los ojos antes una experiencia alucinante. Algunos con apellido ilustre en el baloncesto malagueño, como son Scariolo y Rodríguez. Con la misma ilusión que sus compañeros, una guardería en el Carpena.