Nedovic tiene una misión

El serbio, en su mejor momento, es el termómetro del Unicaja en una Copa en la que genera mucha atención

Si anota 16 puntos o más, el equipo siempre gana

Nemanja Nedovic posa en la pista central del Martín Carpena. / Javier Albiñana
José Manuel Olías

16 de febrero 2017 - 02:06

Málaga/A principios de semana, aún con el subidón de la victoria ante el Real Madrid, Nemanja Nedovic colgaba un vídeo en Instagram de su novia, Mina Milutinovic, cantando, con buena voluntad, el himno del Unicaja mientras veían por la televisión un partido del Estrella Roja. Nedovic está muy feliz en Málaga. Lo era en San Francisco, pero no jugaba con los históricos Warriors. No lo fue en Valencia, ni en la pista ni fuera de ella. Ahora el puzle se ha cuadrado. Mina Milutinovic, Top Model of the World 2012, tiene su residencia en Málaga aunque sus compromisos laborales le llevan a viajar con frecuencia. Su labradorBruno es la compañía fija. Ahora también la madre del jugador está en Benalmádena, a poco más de 10 minutos del Carpena, donde vive Nedo. No viajan a Vitoria, tampoco el padre y la hermana, que viven en Belgrado.

En el traslado a Vitoria los focos apuntan a Nedovic, que a sus 25 años puede decir que ha vivido ya en seis países (Serbia, Italia, Austria, Lituania, Estados Unidos y España). No le falta perspectiva vital. Se crió en Italia, donde su padre, Srdjan, era jugador de balonmano. De ahí viene su devoción por la Juventus de Turín, herencia de una idolatría por Alessandro del Piero tras verlo jugar en Ascoli, donde su padre lideraba al equipo de la ciudad en el 40x20. También en Austria estuvo alguna temporada, siguiendo al progenitor, antes de regresar a Serbia. Con 15 años ya fue captado, poco tiempo después de empezar a jugar al baloncesto tras coquetear con el balonmano, el fútbol y la natación, por la agencia BeoBasket, llevada por el poderoso Misko Raznatovic. "A Misko le conocí cuando firmé mi primer contrato profesional, con 18 años, con el Estrella Roja. Desde 2009 tengo una buena relación, es mi amigo, me ayuda mucho. Me llama cada vez que juego bien o cuando tengo un problema", asevera Nedovic. El cajista es uno de los ojos derechos de Raznatovic, que desoyó alguna proposición veraniega de equipos de Euroliga porque había percibido que Nedovic había caído en el lugar preciso para relanzar su carrera. Incluso la del equipo de sus amores, el Estrella Roja. "Quisieron que volviera a Belgrado, pero ahora siento que ésta es mi casa, Málaga", dice el base del Unicaja, que, eso sí, tiene en la mente la Final Four de la Euroliga de 2018, que será en Belgrado, en su país. Siente que su paso siguiente es un grande de Euroliga antes que la NBA. Ya jugó allí y "no es algo que me obsesione, sé que es algo natural, que si juego al nivel que puedo llegar vendrá. Quizá me fui muy pronto allí y lo pagué. Si pudiera volver atrás lo haría de otra forma".

Pero Nedovic no quiere hablar de futuro, sino de presente. Sabe que está en un escaparate planetario, en clave baloncestística, como es la Copa del Rey. Y le seduce. "Cómo no, me gusta cuando mucha gente mira, como cuando jugamos ante el Real Madrid. Mucha gente en Serbia ha visto ese partido, me llegaron muchos mensajes de apoyo y de buena suerte para la Copa", dice Nedovic. Su entrenador, Joan Plaza, le ve próximo al grado de concentración y madurez ideal para detonar en la Copa. "Declaró antes de la lesión que estaba en el mejor momento de su carrera. Hemos ido recuperándole, ha costado, era más lento de lo que deseábamos", contextualiza el técnico, que le ve en condición óptima: "Si quiere ser un jugador de grandes ligas, como dicen en Estados Unidos con el béisbol, debe demostrarlo en varios partidos seguidos, en casa y fuera, sabiendo que hay medio mundo pendiente de un torneo como la Copa. Habrá muchos ojos de equipos o franquicias, tiene que sobrellevar esa presión y traducirla en victorias para el equipo. Está bastante cerca, si no está ya, de ese punto de madurez. Quiere ser el líder, absorber esa responsabilidad y lo asume".

Nedovic no es un líder hablador, aunque cada vez se le ven más ademanes. Pero sus compañeros le respetan y le admiran. "Cuando juega así, hace jugar al equipo, genera mucha atención, pero sabe manejarla y encontrar al compañero libre", asegura Jamar Smith, igual que Kyle Fogg: "Es un jugador impresionante, pero no es sólo un anotador, la gente se equivoca si lo encasilla sólo como eso. Es capaz de generar mucho juego. Nos hace mejores a todos porque es capaz de encontrarnos a los demás". Otro tirador, Adam Waczynski, opina parecido: "Todos nos beneficiamos de que Nedo esté bien. Él sabe encontrar al compañero, no es egoísta". El respeto, también, se gana decidiendo partidos como está haciendo el escolta serbio, que hace buenas migas con su compatriota Dejan Musli: "Aunque tuvo algunos problemas por la lesión, ahora está todo bien. Con él jugamos mucho mejor, estoy contento porque ahora esté otra vez en este nivel después de la lesión. Él nos da buenos balones a los pivots".

El de Nova Baros aún no siente completamente ese dedo que le tuvo fuera de combate dos meses. Ha tenido episodios periódicos de conflicto en Málaga Nedovic. Un vídeo con un patinete cuando estaba de baja por un golpe en el costado, un tweet de apoyo a la Juve poco después de una dura derrota, el remolino después de que a Plaza se le entendiera en una rueda de prensa que su carrera corría peligro... Él prefiere pasar página, mirar hacia delante y pensar en el momento de felicidad que vive. Por cómo mira y cómo habla, diríase que Nedovic tiene la certeza de un iluminado que va a cumplir una misión. "Tengo confianza, mis compañeros me ayudan con eso. Tengo que seguir así, no puedo pararme ahora. Estoy intentando hacer una temporada más constante y estoy ahora con buen ritmo. Antes de la lesión estaba en el mejor momento de mi carrera, ahora he recuperado sensaciones", dice desde el punto de vista personal, pero acaba derivando siempre al personal. "Creo que el equipo está en un momento muy bueno después de la victoria ante el Madrid, tenemos más confianza. Estamos preparando bien el partido, pero el Barcelona es el Barcelona, uno de los dos mejores equipos de España. Están en una pequeña crisis, pero ganaron el último partido y seguro que será muy difícil".

Le gusta la Copa, le gusta el ambiente. "Todas las copas en Europa son así, ganas tres partidos y levantas un trofeo. Es el menos complicado para ganar pero los equipos que están en Vitoria están a un nivel increíble y va a ser muy difícil ganar esa Copa", advierte Nedovic, que bromea con sus compañeros para las fotos antes de embarcarse en un avión con destino a la Copa. Transmite la serenidad del que tiene todo bajo control, pero sin altanería ni bravuconadas, es lenguaje gestual. Ya se sabe la estadística demoledora. Si Nedovic está bien, el Unicaja gana. En los ocho partidos en los que ha sumado 16 puntos o más, el Unicaja tiene un balance de 8-0. Cuando anota 15 o menos, baja drásticamente a 4-10. Así que no es osado decir que si el serbio está atinado y puede sortear los marcajes rivales el Unicaja está en disposición de algo grande. Es la misión de Nedovic.

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