Ray Smith: "Me acuerdo mucho de Javier Imbroda, es una gran pena"

El histórico ex jugador de Maristas y Unicaja disfrutó mucho de su estancia en el duelo ante el Madrid: "Estoy súper contento, me ha hecho muchísima ilusión"

La visita de un galáctico

Ray Smith, en la pista central del Carpena.
Ray Smith, en la pista central del Carpena. / Acb Photo / M. Pozo

El partido ante el Real Madrid tuvo como añadido la visita de Ray Smith, un galáctico del primer baloncesto de élite en Málaga. A finales de los 80 y principios de los 90 ayudó a llevar al deporte de la canasta a otra dimensión en la ciudad. Formando parte de aquel Mayoral Maristas al que se homenajea esta temporada con la camiseta blanca hizo historia. Su nombre sonó para los gigantes del baloncesto nacional, pero la nacionalización que se esperaba no llegó a tiempo. "Fue por mala suerte que yo no jugué en grandes de España. Yo estuve a punto de ir al Barcelona, tenía un acuerdo total, pero todo dependía de los papeles con mi nacionalidad española. Y no llegaron, no llegaron... Siempre digo que Dios tiene a cada uno en el sitio en el que debe. Y no pudo pasar", rememoraba. A cambio, además de en Málaga se le disfrutó en ACB en Tenerife, Valladolid, Andorra y Ourense. Y también jugó años en LEB. Tiene una hija en Huelva y otra en Tenerife, a las que intenta visitar todos los años. Y esta vez sí se pudo escapar a Málaga.

Ray Smith tiene 60 años y trabaja en una cadena de hoteles y resorts allí en su Carolina del Sur natal. Tiene franquicias en Fuengirola y Mijas y allí se aloja en este periplo. A través de las redes sociales suele compartir recuerdos de su etapa en España y Málaga. Con aspecto impecable estuvo en el palco del Carpena contemplando el partido, firmó autógrafos y se hizo fotos con algún veterano al que le recordaba su infancia y adolescencia. Antonio López Nieto (Presidente Unicaja Baloncesto), Manuel Azuaga (Presidente Unicaja Banco), Jose Manuel Domínguez (Presidente Fundación Unicaja) y Rafael Domínguez (Mayoral) entregaron Ray Smith la camiseta conmemorativa del 30 aniversario de la unión de los dos clubes de Málaga, la camiseta blanca con el número 15 que lució durante sus años en Mayoral, con una etapa postrera a finales de los 90 en el Unicaja.

"Estoy súper contento por estar en Málaga. Estaba antes del partido más nervioso que cuando jugaba. Yo jugué con el Estrasburgo en la Copa Korac aquí en el Palacio, regresé como jugador, pero es la primera vez que venía como espectador. Es un ambiente espectacular, me ha hecho muchísima ilusión. Ciudad Jardín era impresionante, pero aquí se ve también lo que es una afición de verdad", decía el que fuera talentoso ala-pívot.

"Me acuerdo mucho de Javier Imbroda. Es una pena, ojalá que estuviera aquí para estar conmigo, pero...", lamentaba Ray Smith sobre el fallecimiento a principios de este año del que fuera su entrenador en aquel mágico equipo de colegio que llegó a la élite: "Javier era muy bueno, todos sabemos lo que hizo en el baloncesto. Él tenía una intuición para ver el baloncesto, jugábamos muy bonito. Era jovencito, tenía sus ideas y a nosotros nos gustaba mucho el baloncesto. Era lo que hacíamos nosotros, defender y correr. Fue una pena muy grande la noticia".

Ray Smith agradecía al director deportivo, Juanma Rodríguez, que fue compañero suyo en Maristas y al fotógrafo del club, Mariano Pozo, su ayuda. "Si no fuera por ellos no hubiera sido posible estar aquí. Allí no puedo ver los partidos del Unicaja, veo mucha NBA pero no la ACB. Ahora Juanma me ha metido en un grupo con todos los jugadores de Maristas y lo voy a seguir mucho más", decía al tiempo que recordaba también a Paco Aurioles, miembro del staff de Ibon Navarro, con el que pudo abrazarse. "Paco y yo jugábamos en el colegio, desde que estábamos allí en Maristas y de allí llegamos a la ACB. Paco era bueno, aunque un poco cabezón...", bromeaba Ray Smith, que confiesa que tardó varios años en aprender español pero lo sigue conservando con buen nivel.

Nacho Rodríguez, Paco Aurioles, Jesús Peña... Aquel equipo de Maristas tiene un recuerdo venerable de lo que era Ray Smith en pista, su facilidad y su talento puro para anotar. También de sus andanzas fuera de la pista. Su presencia en Málaga reactiva el recuerdo de uno de los jugadores más influyentes en la historia del baloncesto en la ciudad.

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