Llegan momentos de verdad trascendentes, puntos de no retorno esta temporada. Se preveía uno de ellos esta noche, pero el deporte tiene estos escenarios y golpes de teatro inesperados. La victoria del Limoges sobre el Estrella Roja (72-71) tras remontar 13 puntos de desventaja en el último cuarto clasifica matemáticamente al Unicaja para los cuartos de final de la Eurocup y resta dramatismo al partido de esta noche ante el Valencia Basket (20:45 horas, Teledeporte). Quedan menos de 1.000 entradas a la venta y hay un bonito reto, muy complicado, por delante.

Es el lugar mínimo, el de los ocho mejores, en el que debe estar el Unicaja por trayectoria, potencial y caché. A partir de ahí, licencia para soñar. Y la mejor manera es salir en la mejor posición posible. Sí, se puede ganar una Eurocup venciendo en tres eliminatorias con el factor cancha adverso, pero eso ocurre una vez cada mucho tiempo. El reto para esta noche, liberados de presión y con el deber hecho, es ganar por más de 11 puntos, la diferencia por la que se perdió en Valencia. Se consiguió en la primera jornada de la ACB, pero las dinámicas han cambiado bastante.

El Valencia ha ganado 15 de los últimos 16 partidos. Le costó arrancar la maquinaria a Ponsarnau y sus jugadores. Llegaron a estar a tres victorias del Unicaja en la ACB y ahora están una por encima. Ofrecen una sensación de equipo cuadrado y potente en todas sus líneas. Temible ahora mismo.

Si el Unicaja tiene las bajas de Alberto y Suárez, el Valencia comparece sin Antoine Diot y Louis Labeyrie. Una rotura fibrilar y una indisposición de última hora bajaron a los dos franceses de la expedición taronja en Málaga. Tiene, no obstante, recursos amplios el equipo valencia, que ha parado la salida de Sergi García, internacional español, por la lesión de Diot. Hasta tal punto tiene profundidad Ponsarnau a su disposición, se acerca a la de un equipo de Euroliga.

El Unicaja, mientras, se centra en mejorar por sí mismo. Hay carencias que parecen estructurales en el rebote. Insiste Casimiro en ese campo de mejora, básico para tener más opciones de tiro y para practicar el baloncesto fresco y veloz que, por ejemplo, desarboló en la primera jornada de la Liga Endesa al Valencia. Siempre se recuerda que no es cuestión sólo de los pívots el tema de los rechaces, que es algo colectivo. Aunque sí se echa algo más de contundencia en Shermadini o Wiltjer. Igual que faltan los puntos de un Waczynski desaparecido.

Noche de buen baloncesto en el Carpena. El Valencia ha devenido en el rival con el que se mira el Unicaja. Los dos equipos luchan por meter la cabeza en el embudo que es el baloncesto actual, por ese lugar que queda para acceder a la Euroliga. Hay que ganar el partido y, de fondo, esos 11 puntos por los que se perdió en Valencia. Si se remontan, el Unicaja dependería de sí mismo para ser líder. Le bastaría ganar en la pista de un Estrella ya eliminado. Como mal menor, ganar para tener un buen balance pensando más adelante.