El Unicaja ha realizado algunos movimientos en el mercado, tanto para jugadores propios como para otros que interesan. Ya se relató el encuentro que tuvieron la semana pasada Carlos Jiménez y Eduardo García con Quique Villalobos, agente de Jaime Fernández. Villalobos también es la persona que aconseja a Darío Brizuela, uno de los objetivos que se había planteado el equipo malagueño en el mercado. Ya en la Copa del Rey se habló de esa posibilidad.

Igual que la ampliación de contrato de Jaime Fernández parece bien encarrilada, el fichaje de Darío Brizuela está bastante más complicado. El Unicaja ha llegado a presentar una oferta por el jugador vasco. Brizuela tiene contrato con el Movistar Estudiantes hasta el 30 de junio y el cuadro colegial tiene derecho de tanteo, aunque las cifras que se manejan son de difícil acceso para los capitalinos. Pero, ahora mismo, el Valencia es quien lleva ventaja. En un proceso de renovación de su bloque nacional, que incluirá la salida de Rafa Martínez, puede que algún exterior más, el cuadro taronja apuesta por Brizuela, segundo máximo anotador de la ACB con 15.4 puntos por encuentro. En Valencia hay optimismo y en el Unicaja, sin descartar esa vía, se valoran otras opciones.

Pudiera parecer que el perfil de Brizuela chocaba algo con el de Jaime Fernández, pero el Unicaja los ve perfectamente compatibles. La idea de intentar reclutar nacionales también casaba con dos combos que se pueden desenvolver perfectamente en las posiciones de uno y dos, en ese camino del baloncesto moderno en el que se difuminan los puestos en el campo. Se les veía complementarios y, vista lo bien que salió la apuesta con Jaime, había ánimo de aumentarla.

Esa idea de españolizar la plantilla da más flexibilidad con los cupos, pero también responde a un asunto meramente competitivo. La columna vertebral de la plantilla ahora mismo la conforman Alberto Díaz, Jaime Fernández y Carlos Suárez, tres nacionales sobre los que se pretende edificiar el futuro a medio y, si es posible, a largo plazo del club. Se ve cuánto ha costado la baja de dos de ellos. Desde enero, cuando se rompió Alberto en Valencia, hasta el 31 de marzo, con la salvedad del partido de Copa, sólo uno de ellos ha estado a disposición de Casimiro. Mientras ha estado sólo uno de ellos, el balance de partidos en la temporada es 9-9. Con al menos dos, es 20-8 el registro. Datos elocuentes, sin duda.

Dentro de este proceso, hay que aguardar lo que se va a hacer con Rubén Guerrero y Francis Alonso, por los que hay presentadas ofertas para mantener los derechos sobre ellos. Ambos acaban un periplo estadounidense de seis y cinco años. La idea es que firmen contrato, pero hay que estudiar bien cuál es la mejor solución, contando con que ellos den el sí, obviamente, y diseñar un plan de readaptación al baloncesto europeo. Parece con más encaje inmediato Guerrero, en el puesto de Viny, que acaba contrato y no seguirá. Pero el talento anotador de Alonso se cotiza caro, sobre todo porque los clubes buscan cupos de calidad en el mercado con fruición.