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Estos quieren más (71-61)

  • El Unicaja ventila al Iberostar Tenerife en un partido sobrio en el que supo manejar la tensión

  • Nedovic (15 puntos) lidera el pase a la semifinal contra el Madrid

"Estos tíos quieren más". Alguien que trabaja cada día, que a veces soporta, a la plantilla del Unicaja decía la frase antes del partido. Y sí, la ambición que desprende este equipo le hace acreedor a creerse capaz de todo esta temporada. No tiene pesos, no tiene nada que perder ante el Real Madrid, que sabe que tiene un dolor de muelas enfrente. En carroza, con autoridad, con 12 victorias en los últimos 14 partidos oficiales, con un título a cuestas que no sacia, sino que motiva. "Ganar es adictivo", decía el gran Pepe Sánchez, el base de la época dorada del club. El Unicaja se acerca a esos registros, se aproxima a la lanzadera para soñar con algo muy gordo, como sería eliminar al mejor equipo de Europa en el último lustro para acceder a una final.

Antes, el equipo malagueño demolió al Tenerife, que nunca se rindió pero que acabó derrengado por la superioridad física de un Unicaja que, con los achaques físicos habituales a estas alturas, parece fresco de mente y de piernas en este tramo final. Tenía más calidad y más físico, pero el Tenerife nunca se rinde, tiene mucho mérito el temporadón que ha hecho. Dos de los tres campeones de Europa, no obstante, estaban enfrente. Y dieron un espectáculo acorde y digno a lo que se espera de dos equipos con tales honores.

Muchos nombres propios, desde Nedovic en modo líder (15 puntos) hasta un Dani Díez que crece cada día que pasa. Omic a gran nivel, Lafayette notable, siempre Carlos Suárez, apreciables minutos de Viny.... Hay que recuperar al soldado Fogg, que no ha anotado un punto en los tres partidos de play off. Pero se aproxima una preciosa semifinal en la que enfrente habrá un pedazo de gloria grande.

En un ambiente eléctrico, con muchos hueco en el Carpena pero con los que estaban a tope de batería pese al horario extraño para un domingo, a Txus Vidorreta se le recibió con una ración de pitos como pocas se han visto en el Carpena a un rival. A los árbitros también. Martín Bertrán y Pérez Pérez, con casi mil partidos en ACB entre los dos, tampoco son demasiado influenciables. Se les criticó, no obstante, desde la grada. A los cuatro minutos ya había dos avisos de técnica para el equipo malagueño.

El partido se movió en unos parámetros de alto voltaje defensivo y negación de canastas fáciles. Parecía algo sobreexcitado el Unicaja, había muchas ganas en el vestuario verde al rival y a la situación, había escocido el partido y el arbitraje de La Laguna. Siempre por delante el equipo malagueño, con Lafayette por encima de Fogg en la rotación y Viny por delante de Musli, con algunas décimas de fiebre. Se calmó un poco el Unicaja y, sin perder brío defensivo, empezó a jugar con más seso en ataque, a encontrar mejores posiciones. Y al final del primer cuarto mandaba 16-10, con buenos minutos de Dani Díez en el rebote, también de Viny Okouo en defensa. La profundidad del banquillo se antojaba clave con un partido reciente en las piernas y pulmones.

Movió el banquillo Plaza y encontró más arsenal en Nedovic, que metió dos triplazos aunque se ganó una técnica por flopping un tanto inexplicable. Con el serbio se abren la defensas más, hay más argumentos para atacar en estático por su facilidad para desbordar. Y con la dinamita física de Eyenga se añadió un plus al que el Tenerife no podía responder. Rebotes, carreras y una defensa brutal, que obligaba a los canarios a ensartar ataques no ya sin anotar sino sin tocar aro. Se marchaba (35-19) el equipo malagueño, pero un parcial tinerfeño de 0-7, con la ansiedad de Fogg como causante del tramo final, dejó el marcador en 35-26 al descanso.

El encuentro discurría por los mismos cánones de anotación escasa, de defensas por encima de ataques y de fiereza. Apenas se habían anotado seis puntos con la mitad del cuarto pasada. Kirksay colocaba a seis puntos al Tenerife (41-35) y el Unicaja respondía con triples de Díez y Lafayette. Pero ahí estaba como una lapa el equipo tinerfeño, con triples de San Miguel y Doornekamp, éste con polémica porque Brooks se quedó en el suelo tras un choque y los árbitros no detuvieron el duelo. Subía el ruido en el Carpena. Le sucedieron un par de defensas brutales del Unicaja, con tapón de Eyenga a Kirksay. Y Nedovic dejaba en 10 puntos la renta al final del tercer cuarto (51-41).

Nedovic pisaba el acelerador (60-46), pero nunca se iba del partido el Tenerife, que con un triple de Kirksay se colocaba a sólo ocho puntos (60-52). Bogris bajaba a siete (63-56) y al Unicaja le costaba anotar, el Tenerife alternaba defensas que complicaban la vida. Pero Nedovic liquidó con un triple de nueve metros (69-56). Y gritó como creyendo que es posible. Y contagia. Quieren más.

Unicaja (16+19+16+20) 71: Lafayette 8, Smith 3, Díez 12, Brooks 3 y Omic 10 -quinteto inicial-. Okouo 2, Fogg 0, Díaz 3, Nedovic 15, Eyenga 5, Suárez 10 y Musli 0.

Iberostar Tenerife (10+16+15+20) 61: San Miguel 9, Richotti 1, Kirksay 11, Doornekamp 11 y Vázquez 8 -quinteto inicial-. Bassas 2, Grigonis 2, Bogris 12 y White 5.

Árbitros: Martín Bertrán, Pérez Pérez y Manuel. Señalaron una técnica a Nedovic.

Incidencias: Tercer partido de los cuartos de final de la Liga Endesa 2016/17, disputado en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena ante unos 8.000 espectadores.

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