Unicaja

El carné de equipo serio

  • La victoria del Unicaja en Valencia y el empaque mostrado multiplica las buenas sensaciones, refrendadas con un quinto puesto en la tabla que tranquiliza bastante

  • El próximo rival pierde

Augusto Lima y Alberto Díaz celebran la victoria en Valencia.

Augusto Lima y Alberto Díaz celebran la victoria en Valencia. / ACB Photo

Las sensaciones eran bastante buenas, los resultados se acercaban a los ideales con alguna victoria, como la de Badalona, que se pudo escapar. Pero las tres derrotas de la temporada fueron ante el Joventut y dos equipos de Euroliga, Baskonia y Real Madrid. No se había fallado hasta ahora en un partido concreto de manera clamorosa, pero se necesitaba un refrendo en forma de golpe en la mesa, una victoria que por contexto, lugar y rival fuera sonora. Y el Unicaja la consiguió en Valencia, manteniendo las señas de identidad que le han hecho ilusionar en este primer cuarto de temporada como no sucedía desde tiempo atrás.

No se ha conseguido nada extraordinario, es el mensaje que ya dos minutos después del partido transmitía Ibon Navarro en las micrófonos de Movistar. Aunque de puertas para afuera las palabras que salen públicamente son de prudencia y de prepararse para los malos momentos, que vendrán, en el interior hay ambición y se piensa que se está construyendo un hábito de ganar. El Unicaja es un equipo reconocible, incluso en los malos momentos. En pocos meses se ha construido una estructura de equipo que transmite solidez. Ibon Navarro suele comentar que al no ser un grupo con mucha continuidad y sin mucho tiempo junto hay que ver cómo responde en la dificultad. Pero, mientras tanto, hay que saborear los buenos momentos. Y el actual lo es.

Con un balance de 6-3 y con dos partidos ante Casademont Zaragoza en casa y en Fuenlabrada en perspectiva, la clasificación para la Copa del Rey está bien encarrilada. Ese 6-3 responde a la regla de los dos tercios que suele ser una buen síntoma que determina una temporada. Si se ganan dos de cada tres partidos, el 66.6% de triunfos, el año será bueno. Superar las 20 victorias en temporada regular, por ejemplo, es algo que no se consigue desde la temporada 2018/19, la primera de Casimiro. Esa cifra da los play off seguro. Firmar esos dos tercios permite pelear el factor cancha o ser cabeza de serie en la Copa.

El partido de Valencia demostró la fiabilidad del equipo malagueño. Con un acierto algo mejor (34% en los triples), con esos fogonazos de Kalinoski en la primera mitad y esos dos mortíferos de Carter en el último cuarto, pero dejando a un equipo de Euroliga otra vez en 67 puntos, superando un momento en el que los árbitros y las faltas dieron aire al Valencia (fue 28 veces a la línea de 4.60, por 11 el Unicaja). Sí, el rival venía de cuatro derrotas y de una semana con dos partidos de la máxima competición europea, pero es parte del negocio, tiene el doble de presupuesto que el Unicaja y unas aspiraciones a día mayores y el desgaste de partidos debería amortiguarlo con profundidad de plantilla. El equipo malagueño mordió para ganar en La Fonteta, lugar de grandes gestas en clave cajista.

Quizá el mejor retrato de que la idea de Ibon Navarro cala es que los dos mejores jugadores numéricamente del equipo en el arranque de temporada, Djedovic y Osetkowski, sumaron cuatro puntos entre los dos, con nueve y 11 minutos en pista en Valencia. Y los dos jugadores al final de la rotación, Jonathan Barreiro y Will Thomas, realizaron actuaciones excelentes en La Fonteta, dándole al equipo otros registros y con un peso importante en la victoria. Es el ideal y, como recalca el técnico, entra mejor cuando se ganan partidos. Pero es la senda del crecimiento, hace más complicado para un rival fijar objetivos defensivamente cuando el rival tiene que preparar partidos. Y, en el otro lado, el nivel se mantiene alto con quintetos diferentes, incluso en momentos que no están Lima y Alberto, los que marcan el pico potencial más alto para proteger la canasta.

La victoria de Valencia da, en cierta forma, el carné de equipo serio, de verdad. Lo que hasta ahora se había demostrado ante equipos por debajo en el escalafón o en lugar similar también se consiguió exhibir ante un rival muy necesitado que se va complicando la presencia en la Copa del Rey. La primera meta volante de la temporada (con permiso del primer puesto en la BCL para evitar el play in) ya se ve más o menos cerca. Pero lo mejor de todo, quizá, es que se intuye que el techo de este Unicaja 2022/23 está aún lejano, lo que es una gran noticia. El suelo, de momento, también está bastante alto. Algo clave en una temporada.

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