Desde el 9 de marzo llevaba sin jugar un partido oficial el Hereda San Pablo Burgos, que está superando su segundo brote de COVID-19 en esta temporada. Con siete profesionales y tres canteranos se desplazaron a Letonia los de Joan Peñarroya para jugar el cuarto choque del Grupo J en la segunda fase de la Champions League de la FIBA. Y le dieron un baño al VEF Riga (45-67), al que gobernaron de principio a fin. Una exhibición de baloncesto en una situación delicada para coger moral antes de visitar al Unicaja este sábado. Puede que los burgaleses puedan recuperar a algún jugador que ya terminó la cuarentena.
El entrenador catalán pudo disponer en la capital letona de Álex Renfroe, Thad McFadden, Álex Barrera, Xavi Rabaseda, Jasiel Rivero, Jordan Sakho y Max Salash. Además, los jóvenes Kareem Queley, Ángel Infante y Alberto Alonso. 11 puntos y 11 rebotes para Rivero, 10 puntos y ocho capturas para Salash y 12 puntos, cinco rebotes y cuatro asistencias para McFadden en una tarde donde tuvieron minutos todos los disponibles en el San Pablo Burgos. Tienen medio pie en la siguiente ronda del torneo, junto con el Iberostar Tenerife.
Lo imposible ✅ pic.twitter.com/9YfbrfAblw
— Hereda San Pablo Burgos (@SanPabloBurgos) March 24, 2021
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