Instant Replay, ¿solución o problema?
Los parones y las dilaciones con el uso del videoarbitraje, una situación que exaspera
La visión de Sito Alonso

Instant Replay, ¿solución o problema? Es un debate creciente en el mundo del baloncesto. Querer ser más justos implica también quitarle esencia al juego, a la continuidad. Y a hacer menos digestible el espectáculo para el espectador. El show del trío arbitral Jordi Aliaga, Alfonso Olivares y Alberto Baena en el encuentro entre el Unicaja y el UCAM Murcia recordaba que el uso excesivo de la herramienta es ciertamente una tortura. Es humano entender que el árbitro no quiere equivocarse, aunque no sea el mensaje populista ellos pagan también sus errores, con el acceso o no a mejores partidos, de más trascendencia, con las consecuencias económicas. Pero el juego se resiente. Con el retraso que hubo por la celebración previa del título de la BCL, que dilató casi 10 minutos el inicio, y la prórroga posterior el partido lindó con las dos horas y media de tiempo real. La escena de espectadores abandonando el Carpena cuando se llegaba a la prórroga recordaba que hay quien tiene vida más allá del baloncesto.
En esta situación también los entrenadores tienen su responsabilidad, no sería justo que todo recayera en los árbitros. “Tienen una herramienta que les han dado (’instant replay’), pero el otro día lo dije: nos encanta el baloncesto y en algún partido me he aburrido por los parones. Lo digo como espectador. Hay que buscar el dinamismo en el baloncesto. Nos estamos jugando mucho y cuanto más precisos seamos, mejor. Creo que hay que darle una vuelta a eso para ser justo con todo y ayudar a los árbitros también”, decía Sito Alonso al acabar el encuentro en el Carpena. No se refería a su tardanza en volver de los tiempos muertos, no hay que ser muy perspicaz para entender que deliberada. O sus peticiones de challenges para realizar tiempos muertos encubiertos, una práctica de la que pocos entrenadores se salvan, quien más y quien menos. Todo lícito mientras se le permitan.
Pero el problema está ahí. Un espectáculo que duraba poco más de hora y media de tiempo real hace un par de décadas se marcha o supera regularmente las dos horas. En tiempos de la fugacidad y la atención limitada, un punto menos atractivo para vender el producto. Un debate que debería abordarse por el bien del baloncesto de élite. Del nivel del arbitraje y la protección de los colegiados desde las altas instancias en ACB también hay mucho que hablar.
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