Unicaja

Más en juego de lo que parece

  • Nueve partidos en cinco semanas en los que la plantilla y técnico se juegan cosas importante más allá de la estabilidad paralela que se espera que se mantenga en el club

  • Los jugadores también se juegan su futuro, sea en Málaga o en otro lugar

Los jugadores del Unicaja, en un tiempo muerto.

Los jugadores del Unicaja, en un tiempo muerto. / ACB Photo / M. Pozo

El Unicaja regresó al trabajo este martes para preparar el partido ante el MoraBanc Andorra. Han sido 10 días largo, sin competición y con ruido e incertidumbre por el cambio de presidente y por la reunión prevista en las próximas semanas entre Fundación y Banco para determinar las líneas maestras de hacia dónde se dirige el futuro del club malagueño, a qué perfil se pretende aspirar. Alberto Díaz salió a la palestra para hablar sobre la sensación en el vestuario.

Hay un núcleo importante de jugadores españoles en la plantilla que son más permeables al entorno y que se enteran perfectamente de lo que pasa. Pero su terreno de expresión es la cancha. En el baloncesto profesional el pasado reciente es el que vale a la hora de juzgar y salir al mercado, sea para un jugador o un club. El Unicaja afronta un tramo de nueve partidos en cinco semanas. Habrá casi ritmo de competición europea porque hay tres jornadas intersemanales de la Liga Endesa aprovechando que la temporada regular de la Euroliga llega a su fin, así como la Eurocup y la BCL.

De aquí al 16 de mayo, aunque pudiera parecer que no, hay muchas cosas deportivas en juego. Lo primero y esencial, entra en play off. Con 13 victorias, seis más en los nueve partidos casi garantizarían la presencia en las eliminatorias por el título. Con menos ya habría que echar cuentas. Es posible, incluso, que pueda ser necesaria alguna más si los averages son adversos. El Joventut se ha escapado y está a tres victorias, aunque debe venir a Málaga aún. Así que hay cuatro candidatos para una plaza en juego. Con Unicaja, Andorra (próximo rival), BAXI Manresa y el pujante Gran Canaria.

Katsikaris tiene contrato, con cláusula de corte por ambas partes, y su intención es permanecer en Málaga, no ha transmitido inquietud con la situación generada desde la salida de Eduardo García. Falta por ver cuál es el proyecto, pero el club malagueño, aunque se esté en una situación extraña, tiene ganada la credibilidad de jugadores, agentes y entrenadores por su trayectoria de varias décadas en la élite. Hay satisfacción en el Unicaja con cómo trabaja el griego, pero estar en play off sería ganar crédito colectivamente.

Aunque pueda parecer que entrar como octavo y jugar contra el Madrid o el Barça es ir al matadero, no estar en las eliminatorias por el título, algo que no se produce desde la temporada 2012/13, con Jasmin Repesa al mando, con el asterisco del año pasado, sería un palo duro para todo el proyecto. Y para los jugadores, sea para estar en Málaga el año próximo, sea con contrato o para los que acaban y necesitan exponerse para asegurarse su futuro, cómo se compite en la verdad es importante en la valoración. Para la decisión del club o para tener mejor salida. De fondo, hay unos Juegos Olímpicos, con un Preolímpico antes, en los que varios jugadores pueden aún ganarse la plaza en aquellos países en los que los seleccionadores tengan dudas.

Van pasando también las semanas y parece cada vez más complicado que haya público antes de que acabe la temporada, una demanda de los clubes, asfixiados económicamente por la falta de ingresos. Parece un contrasentido que no haya público en los pabellones, de manera restringido, cuando hay en otro tipo de actividades culturales o eventos deportivos menores en instalaciones con menos capacidad y con menos distancia de la que puede haber en el Carpena para, pongamos, 1.000 o 2.000 personas.

En cualquier caso, aunque la situación del club genera más incertidumbre que en muchos años atrás, deportivamente también hay mucho en juego para los que visten la camiseta. Y, claro, para la propia entidad.

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