Real Madrid-Unicaja: Ligeros de equipaje (19:00)

El Unicaja acude al Movistar Arena sin presión, buscando alguna puerta entreabierta y aprovechar cualquier despiste del equipo de Scariolo para pelear por un triunfo en la capital

"Estamos tocados", decía el italiano

Duarte y Alberto. / Carlos Guerrero

Real Madrid-Unicaja (19:00 horas). Allá va el equipo de Ibon Navarro al Movistar Arena, ligero de equipaje y con el contexto claro a medirse al mayor de los desafíos ahora mismo. Visitar al Madrid no admite lecturas alternativas ni disfraces. Se sabe a dónde se va y qué exige el escenario. Nueve victorias consecutivas en ACB de los blancos y una racha como local que se extiende desde el 31 de marzo de 2024 en competición doméstica. Son números que explican por sí solos la magnitud del reto. Intenta verse con óptica positiva un partido para probarse a estos niveles. El Unicaja acude sin presión añadida, con margen en la pelea por la Copa del Rey y un balance de 7-4 que, atendiendo al recorrido reciente y al contexto de las últimas semanas, resulta notable. Podría haber sido mejor, sí, pero tampoco tendría sentido castigarse por derrotas como las de Andorra o Baskonia. La competición acaba poniendo a cada uno en su sitio y el equipo malagueño, sin haber encontrado todavía una versión sostenida de máximo nivel, se mantiene bien posicionado.

El partido se entiende casi solo desde lo mental. El marco está perfectamente definido y no admite demasiadas interpretaciones, lo que simplifica el enfoque. El Unicaja llega al Movistar Arena con la esperanza de que aparezca algún resquicio, algún momento del partido en el que poder agarrarse y sostener el pulso. No es una ilusión ingenua, sino una forma de competir basada en la experiencia reciente de este grupo. Parte de este Unicaja viene de convertir en rutina lo que antes era excepcional. Ganar en plazas de este nivel dejó de ser una quimera para convertirse, durante un tiempo, en una costumbre. El ejemplo más claro fue en el 2023, cuando el equipo malagueño fue capaz de imponerse en las cuatro pistas de equipos de Euroliga en ACB, un registro casi irrepetible y difícil de replicar en el contexto actual del baloncesto. Hoy el Unicaja asume la dificultad real del momento y del escenario, consciente de que el contexto ha cambiado. Pero viaja con la buena inercia de un grupo que sabe competir, que entiende este tipo de partidos y que aspira, al menos, a hacer un buen papel. Sin mochilas, sin urgencias añadidas y con la convicción de que, si el partido se abre mínimamente habrá que estar preparados para aprovecharlo.

Como explicaba Nihad Djedovic esta semana en este periódico. "Hay que salir a ganar, no a ver cómo está el Madrid, si ellos están bien o mal”. Una declaración que resume bien la mentalidad con la que el Unicaja afronta una visita de este calibre. Además, el Real Madrid llega tras caer en Mónaco en Euroliga, una derrota que añade ruido. El propio Scariolo reconocía que el equipo estaba tocado. En ese escenario, el Unicaja tratará de hacer su partido, de mantenerse fiel a su plan, ser consistentes y de estar atento a cualquier puerta entreabierta o despiste que le permita sostener el pulso durante muchos minutos. La receta no admite demasiadas variaciones. Con tanto talento madridista, esas dos circunstancias no son imposibles, pero sí difíciles de sincronizar. Hasta 16 jugadores de primer nivel. Los fichajes de verano han elevado el techo del equipo, especialmente Trey Lyles, un perfil moderno que encaja como un guante en el baloncesto europeo, y la llegada de Chuma Okeke, que ha devuelto al conjunto blanco un suelo competitivo y físico que había perdido tras la salida de Yabusele. Todo ello sostenido por un núcleo veterano que mantiene al Madrid como aspirante a todo, también en Euroliga (10-8).

El Unicaja llegará con todos sus jugadores disponibles, tras un par de días de descanso y con la mirada puesta también en un partido importante el martes ante el Joventut. Pero antes toca Madrid. Competir, dar la cara y seguir construyendo. El reto es enorme y el contexto es el que es, pero el equipo malagueño va sabiendo a lo que va y dispuesto a jugar el partido sin mochila.

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