El sobrado Dylan Osetkowski
El californiano encandila con un baloncesto de primerísimo nivel, además de una regularidad adquirida que permite a este Unicaja crecer
Jornada redonda para el Unicaja
La no canasta de Tyson Carter
Dylan Osetkowski vive su mejor momento en Málaga. En el esbozo creado en verano, el Unicaja proyectaba el crecimiento del pívot californiano, aterrizaje en Los Guindos donde estuvo a la altura, pero se le exige un paso más por su categoría. El club malagueño afrontó el esfuerzo para su renovación, de las firmas más meritorias porque podría tener hueco en Euroliga, más por sus 27 años, todavía sin llegar a la madurez, y unas virtudes por exprimir. Para que este Unicaja no interrumpiera su progresión, dentro del riesgo que se asume en apenas tocar la plantilla, era esencial que Osetkowski alcanzara un rendimiento regular, sin picos, despertar ese liderazgo que está oculto, dentro de una personalidad que es particular. Debe ser su temporada, la de su explosión total. De él dependerá, en parte, el techo del Unicaja 23/24, versión que va camino de superar a su predecesor, al menos en la primera mitad de curso. No se lograban ocho victorias seguidas en ACB desde 2014, desván que es difícil descifrar.
Es el máximo anotador del Unicaja esta temporada (12.9 puntos por partido). De los dieciocho partidos acumulados esta campaña, Osetkowski llegó a los diez puntos en catorce, porcentaje alto de apariciones y una seguridad que va aumentando. Tras Perry, el segundo más valorado del equipo (12.3). Son números que ratifican ese salto, que dejó como cima su actuación ante BAXI Manresa, la más destacada como cajista: 25 puntos (6/9 en triples), 9 rebotes y 31 de valoración en 22 minutos. Una superioridad abrumadora, dosis de jugador de primer nivel, que por fortuna se seguirá disfrutando en Málaga. Junto con Carter, los dos grandes proyectos malagueños por edad y esa magia tan selecta. Si el crecimiento de Osetkowski prosigue, será difícil retener una pieza de ese nivel, dependerá de infinidad de variables, principalmente cómo evolucione el proyecto malagueño. Encaje cada vez más preciso; aterrizaje que no fue sencillo, al margen de la aclimatación a la ciudad, por un cambio de peso que llevó a transformar su juego, pero con un buen IQ de base. No hay tantos pívots en Europa con esa inteligencia y el talento para tirar.
Ibon Navarro reconocía el buen momento de su jugador tras ganar a Manresa. Momentos y dinámicas que toca aprovechar, aunque ya se podía deducir desde verano. "Lleva tres semanas a un nivel de confianza extremo, muy alto. Ese nivel de confianza le lleva a tomar malas decisiones a veces, como pasó en Le Mans un par de veces. Lo decía antes de empezar el partido: si ahora miras en la RAE la definición de 'sobrado', aparece la foto de Dylan porque juega muy sobrado. Le sale todo. Cuando un jugador está así, con esa confianza, es muy complicado defender. Y es que además los tiros abiertos y liberados, son los que ha fallado. Los complicados son los que ha metido. Él ha estado muy agresivo, no porque haya metido los tiros, sino porque ha ido bien al rebote, agresivo ante Robinson. Está muy bien ahora", verbalizaba el entrenador del Unicaja. De las causas del gran momento que se vive. Que dure.
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