Una de las víctimas de la presunta estafa piramidal de 'Paco el Bueno': "Me ha robado más de 200.000 euros"

El detenido en Logroño tejió supuestamente durante años una red de engaños con promesas de beneficios imposibles, dejando a decenas de familias sin sus ahorros

La estafa millonaria de 'Paco El Bueno' en Vélez-Málaga, el "generoso inversor" que prometía multiplicar los ahorros

Registros durante la investigación a Paco El Bueno por una presunta estafa millonaria / Policía Nacional de Málaga

Me ha robado más de 200.000 euros. Mi madre también ha perdido todo lo que tenía y ha tenido que ser ingresada por la depresión. Nos ha arruinado la vida.” Así relata su experiencia uno de los cientos de afectados por el millonario fraude piramidal que ha sacudido a Vélez-Málaga. Detrás de la imagen afable y de hombre de fe que proyectaba Paco el Bueno se escondía un supuesto estafador que, durante años, prometió multiplicar los ahorros de decenas de familias. Ahora, después de su detención este martes en Logroño, muchos ya han asimilado que lo han perdido todo, no solo económicamente, también emocionalmente.

Durante más de una década, Francisco, conocido popularmente como Paco el Bueno, se ganó la confianza de vecinos, empresarios y pequeños ahorradores que acudían a él convencidos de su supuesta habilidad para generar rendimientos imposibles: ganancias de hasta el 300%. Bajo su fachada de gestor impecable y con un discurso siempre acompañado de referencias religiosas, fue construyendo una red de engaños que, según los investigadores, podría superar, por el momento, los cinco millones de euros defraudados. Una cifra que algunas fuentes ya elevan considerablemente.

Una de las víctimas, que ha preferido conservar su anonimato por cuestiones legales, lo conocía y hacía negocios con él desde hacía más de 15 años. “Vivimos en la misma calle. Nuestras hijas son amigas y van al mismo colegio, y hace apenas un mes estuve en la comunión de la suya. Nunca imaginé esto. Nos ha estafado a todos con una sonrisa en la cara", explica con decepción.

Según relata el vecino veleño, la relación de confianza fue clave para llevar a cabo cada una de las estafas. Empezó a invertir con Paco cuando las inversiones aún eran entre conocidos del municipio. “Parecía que funcionaba, la gente hablaba de beneficios y él tenía esa fama de buen economista. Es cierto que todo lo hacía en B, todo el dinero que le dábamos y que él nos daba se entregaba en mano. A veces te daba un papel o un recibo con el logo de Catalana Occidente, que era la entidad con la que operaba, pero más tarde hemos descubierto que detrás de eso no había nada, eran falsos.”

Durante años, su familia entera confió su dinero al inversor. Padres, hermanos, amigos y él mismo cayeron en la vistosa trampa. “Paco nos enseñaba papeles y nos decía que habíamos alcanzado ya los 300.000 euros en el fondo, pero en realidad nunca llegamos a ver ese dinero en nuestras cuentas. Tampoco teníamos una aplicación ni nada para comprobar que el dinero estaba ahí. En alguna ocasión sí le pedimos para hacer algunas vacaciones o algo pero vaya, poco, no más de 2.000 euros y siempre te los daba en efectivo y con muchos condicionantes", explica el damnificado.

En este caso, el económico no ha sido el único daño. El golpe emocional de descubrir que una persona en la que llevas confiando más de una década no es quién realmente pensabas "ha sido devastador", admite. “Mi madre, al enterarse, se vino abajo. Acabó ingresada en el hospital y el médico nos ha recomendado que tengamos cuidado con ella porque ha entrado en una depresión muy profunda a raíz de esto. Está destrozada.”

Las consecuencias, cuenta, han llegado a todos los rincones de la familia. “Mi hermano tenía a su hijo estudiando en Melilla y ahora ha tenido que traérselo para Málaga. Yo tenía pensado pagar parte de la hipoteca con ese dinero, pero Paco siempre nos convencía de que no era buen momento para sacarlo, que lo dejáramos ahí", explica.

Según el relato de otros damnificados, su modus operandi era siempre parecido, ofrecer pequeñas ganancias al principio para generar confianza. Otro afectado, que ha querido mantener también su anonimato, cuenta que invirtió 15.000 euros y también los perdió cayendo en esta red de pequeños incentivos. “Al poco tiempo de invertir el dinero, me dio 1.000 euros de beneficios. Me enseñaba extractos que demostraban que todo iba subiendo. Yo no sé si era una falsificación o qué, pero en ese momento parecía real y te generaba confianza para que metieras más y aumentarlo", cuenta.

Fuentes policiales también señalaban que Paco aplicaba diversos métodos de engaño cuidadosamente adaptados al perfil de cada víctima. Utilizaba desde promesas de rentabilidad asegurada en fondos de inversión hasta compraventas ficticias de inmuebles o bienes embargados. Además, supuestamente recibía dinero por transferencias, para supuestos fondos de inversión, cuyos primeros pagos sí iban a la aseguradora, pero el resto se hacían a cuentas propias; ofrecía ventas de inmuebles que han resultado ser falsas; e incluso se habría quedado con dinero de las devoluciones de Hacienda que provenían de las declaraciones de la renta que hacía anualmente a sus clientes.

Las autoridades detuvieron en Logroño el pasado martes a Paco, adonde huyó junto a su pareja cuando comenzaron a surgir las primeras denuncias. La Policía Nacional ha cifrado por ahora el fraude en más de cinco millones de euros, aunque cada día llegan nuevas denuncias. Se le acusa de ofrecer falsas inversiones en aseguradoras, proyectos inmobiliarios ficticios o compraventas de inmuebles que jamás se concretaban. Ninguna de las operaciones tenía garantías ni trazabilidad real. A cada víctima le ofrecía algo distinto, adaptándose a su perfil y necesidades.

Los primeros indicios de que algo no iba bien aparecieron cuando las hijas de Paco dejaron de asistir al colegio. Poco después, se supo que la familia entera había desaparecido. “Ahí fue cuando todo se destapó”, recuerda el vecino del presunto estafador. “Ahora tenemos un grupo de WhatsApp con más de 200 personas del pueblo que han sido estafadas. Pero también hay gente de Barcelona, Madrid, Córdoba, Bilbao, etc. Esto era una red muy bien montada.”

En el entorno de Paco, las reacciones oscilan entre la incredulidad y el silencio. Su hermana, dueña de una gestoría en Vélez-Málaga donde Paco operaba habitualmente, se ha desmarcado de los hechos. “No sé si mi hermano será culpable, eso lo dirá un juez, pero el escarnio público que ya se le ha hecho nos ha salpicado a todos. A nosotros también nos están señalando y no tenemos nada que ver", explica la gestora.

Desde la Cafetería Mónica, donde Paco solía reunirse con algunos clientes, los camareros aseguran que los indicios comenzaron meses antes de que todo explotara. “Aquí ha venido gente llorando, diciendo que lo han perdido todo. Cuando el río suena, agua lleva”, cuenta uno de los camareros del establecimiento.

Un trabajador del parking cercano a la gestoría también recuerda la presencia frecuente de Paco por aquellas calles. “Siempre venía bien vestido, con su Audi todoterreno. Aparcaba aquí y subía a la gestoría de su hermana. Nadie imaginaba lo que estaba haciendo", manifiesta.

La Policía Judicial de Vélez-Málaga, con apoyo de unidades de Málaga y La Rioja, ha registrado domicilios y locales en ambas ciudades. Han incautado documentación, dispositivos electrónicos y se mantiene abierta la investigación patrimonial. El correo velez.judicial@policia.es sigue recibiendo mensajes de nuevas víctimas que, poco a poco, empiezan a contar su historia.

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