Como ya viene siendo habitual cada vez que hay un temporal de viento, los vecinos de la urbanización de Gualdamar ayer volvieron a sufrir sus efectos. El agua que rompía contra el rompeolas del paseo marítimo con toda su fuerza llegó a entrar en algunas de las casas más próximas y la ausencia de espigones que frenen su impacto volvieron a poner en entredicho el compromiso de la Demarcación de Costas hace años para solucionar este problema.

Sin playa que defienda al paseo marítimo de la embestida de las olas, los vecinos temían que terminara pasando lo que ocurrió ayer. El presidente de la asociación de vecinos de Gualdamar, Francisco Troyano, aseguró a este periódico que parte de la urbanización se anegó y que las arquetas aledañas al paseo marítimo no paraban de verter agua. "Sabíamos que iba a pasar y no entendemos porque las administraciones rehuyen a darnos una solución", se quejó el representante vecinal, que dijo que desde el pasado 31 de mayo el colectivo está esperando que la Demarcación de Costas les conteste a un escrito que le remitieron para pedir información sobre el proyecto que se comprometió a acometer.

Esa actuación, redactada y enviada al Ministerio de Medio Ambiente hace un par de meses para que dé su visto bueno, fue prometida hace cuatro años para estabilizar la zona de baño de forma definitiva y protegerla así del viento. La obra supuestamente debería haber comenzado el pasado mes de septiembre y consistiría en eliminar la esquina del actual paseo marítimo donde la playa se pierde y prolongarlo en línea recta para que no se pierda la arena. Eso unido a la posibilidad de reforzar los espigones actuales si el estudio de dinámica de las corrientes así lo aconsejara.

Pero ayer fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Málaga señalaron que se está a la espera de que la Dirección General de Costas supervise el borrador de proyecto y que "en su momento se le dará cumplida respuesta a los vecinos".

La situación de la playa no es nueva porque cada año desaparece por la falta de espigones que la protejan, aunque el pasado mes de marzo se produjo uno de los hechos más graves cuando cedió una de las placas del paseo marítimo y que provocó un socavón de unos seis metros de longitud y dos de ancho. La playa en esta zona ha pasado de tener hasta 30 metros hace unos años a que las olas rompan directamente en el paseo marítimo.