Luces y sombras

Antonio Méndez

El mes del bigote

LAS urnas dictarán sentencia dentro de dos domingos. Pero si España fuera Sodoma y Gomorra, que no es el caso pese a lo que claman algunos micrófonos matutinos, y si Rubalcaba se transfigurara en Abrahamy protagonizase el conocido capítulo del Génesis, seguro que en estos momentos el candidato socialista sería incapaz de encontrar a diez votantes justos que crean a estas alturas que el PSOE puede derrotar al PP el 20-N. Aunque estuviera en juego que el centenario partido quedase reducido a cenizas. Me parece que ni siquiera habría riesgo de que en ese hipotético éxodo Carme Chacón acabase convertida en estatua de sal por volver su mirada atrás.

Así que aunque la palabra oficial debe pronunciarla el electorado y nunca hay que descartar alguna pequeña sorpresa el día de autos, para los que nos dedicamos a este asunto por obligación profesional, esta campaña es de las más aburridas que se recuerdan. Pese a que nunca como hasta ahora pueden estar en juego tantas cosas para nuestro futuro, a la luz de la devastadora crisis económica que nos ciega. Aunque, seamos realistas, el margen de actuación del inquilino que ocupe La Moncloa a principios de diciembre será bastante limitado en lo crucial.

Como no le encuentro el más mínimo interés a entrar en competición con los profetas o exégetas de los sondeos para pronosticar hasta dónde caerá el suelo de los socialistas o augurar el techo que tocarán los populares, me he puesto a bucear por los otros para ver que ofrecen estos partidos alternativos.

Escaños en blanco promete dejar los ídem vacíos en el Congreso, si consigue representación. Pero al entrar en su web resulta que me he topado con el post de un simpatizante que alaba el movimiento Movember, al que no tengo el gusto de conocer personalmente, y que promueve una huelga de cuchillas de afeitar durante un mes, para llamar la atención sobre la salud masculina. Alegan que al dejarse crecer los mostachos durante 30 días, los hombres se convierten en vallas publicitarias y se habla. En esta edición de 2011 el protagonismo le corresponde al cáncer de próstata. Desde luego Rajoy y Rubalcaba podrían ser fervientes seguidores faciales de esta organización. Incluso de su lema: noviembre, el mes del bigote. Quién sabe, el principio de un gobierno de concentración.

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