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¿Te gustaría ser atendido o recibir clases de una Inteligencia Artificial?

¿Te gustaría ser atendido o recibir clases de una Inteligencia Artificial? ¿Te gustaría ser atendido o recibir clases de una Inteligencia Artificial?

¿Te gustaría ser atendido o recibir clases de una Inteligencia Artificial?

Escrito por

Juan Pablo Castillo Cubillo

Según empresas como OpenAI creadores de ChatGPT, esta tecnología ofrece varias ventajas sobre los recepcionistas humanos: puede trabajar las 24 horas del día, los 7 días de la semana, sin descanso ni vacaciones; puede hablar varios idiomas y adaptarse a las preferencias de cada cliente; puede acceder a una gran cantidad de información y resolver dudas o problemas de forma rápida y eficiente, pudiendo transmitir una imagen profesional y moderna de la empresa.

Además, al emplear un avatar en 3D, se evitan los problemas de falta de expresividad o naturalidad que suelen tener los chatbots o asistentes virtuales basados en texto o voz. El avatar puede hacer gestos, sonreír, mirar a los ojos y mostrar emociones de acuerdo al contexto, lo que genera una sensación de cercanía y confianza con los clientes. En principio resulta una idea muy interesante y extrapolable a no pocos campos.

Porque debemos preguntarnos si realmente nos gustan y nos satisfacen. Porque, al final, somos nosotros los usuarios los que decidimos si queremos que reemplacen a un ser humano.

Y es aquí donde entra en juego la cuestión de la atracción. ¿Qué hace que una IA nos resulte atractiva? ¿Qué características debe tener para que nos sintamos cómodos y satisfechos con ella? ¿Qué emociones deben despertar en nosotros?

Estas son cuestiones difíciles de responder, ya que dependen mucho de nuestros gustos, preferencias y valores personales. Pero algunos aspectos generales a considerar son evidentes:

  • La utilidad: Una IA debe ser útil para nosotros, es decir, debe resolver un problema o satisfacer una necesidad que tengamos.
  • La personalización: Una IA debe adaptarse a nosotros, es decir, debe conocer nuestros intereses, hábitos y preferencias y ofrecer opciones acordes a ellos.
  • La creatividad: Una IA debe ser creativa con nosotros, es decir, debe sorprendernos con ideas originales e innovadoras. No basta con informar a veces cuando acudimos a ellas, no debe ser un mero “contestador” de información, sino que debe preocuparse por analizar nuestro problema o necesidad concreta y analizarla en la búsqueda de la mejor solución.
  • La simpatía: Una inteligencia artificial debe ser amable con nosotros, es decir, debe tener un tono de voz, un lenguaje y una personalidad agradable y amigable.  ¿Cuántas veces nos hemos encontrado con un recepcionista con un mal día o sin idea de su trabajo?

Nos guste o no, estos factores van a decantar nuestra preferencia hacia las IA en algunos trabajos “tediosos”, pero no son los únicos ni los definitivos y puede que sean un punto de inflexión en muchos trabajos considerados de rango más “intelectual”.

Ahora extrapolemos el concepto un nivel más allá. ¿Podríamos concebir un futuro en el que no necesitamos acudir a un centro de estudio para recibir una formación de alta calidad? ¿Un futuro en el que podamos acceder a una educación personalizada y de alto grado desde la comodidad de nuestra casa o cualquier lugar y horario? Pues ese futuro podría estar más cerca de lo que creemos, gracias a la inteligencia artificial y no hablaríamos de grabaciones de cursos en YouTube ni de videoconferencias, estamos hablando del próximo escalón en el e-learning.

La inteligencia artificial es la capacidad de las máquinas que busca realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como el razonamiento, el aprendizaje o la creatividad. Así que de ahí a poder expresar lo aprendido hay tan solo una delgada línea roja que está haciendo que una de las aplicaciones más prometedoras de la inteligencia artificial sea la formación, donde incluso podría revolucionar la forma en que enseñamos y aprendemos.

Como ya hemos dicho al comienzo, una de las posibilidades que ofrece la inteligencia artificial es la de emplear un avatar generado en 3D, y convertirse en todo un profesor virtual con conocimientos infinitos. Al referirnos a un avatar combinado con Inteligencia Artificial, hablamos de la representación gráfica de una persona o personaje ficticio, que puede interactuar con los usuarios a través de una pantalla o de un dispositivo de realidad virtual. De la misma manera, que una voz digital es una síntesis de voz que imita el habla humana, con diferentes tonos, acentos y emociones, hasta el punto que ya es prácticamente imposible diferenciar una de otra.

Bajo estas premisas podría ser un profesor ideal, capaz de adaptarse al nivel, al ritmo y a los intereses de cada alumno. Podría ofrecer una retroalimentación inmediata y personalizada, motivar al estudiante y resolver sus dudas de forma inmediata. Además, podría usar y ofrecer diversos recursos multimedia, como imágenes, vídeos o juegos, para hacer las clases más dinámicas y divertidas.

En cuanto a la acumulación de información,- si no hablamos de materias muy avanzadas como física cuántica, nanotecnología, etc. - la capacidad de almacenar información y recuperarla por parte de una Inteligencia Artificial es imbatible. ¡Pensemos que puede acceder a través de Internet a todo el conocimiento humano en cuestión de milisegundos!

Podemos pensar que todo sería negativo para un docente de carne y hueso, que representarían una “amenaza” para sus puestos de trabajo, pero podemos verlo de otra manera: Un avatar con inteligencia artificial también tendría ventajas para los profesores humanos, porque les permitiría delegar algunas tareas rutinarias o repetitivas al avatar, y dedicarse a otras más creativas o complejas. Así, podrían mejorar su calidad de vida y su satisfacción profesional, además de disponer de más tiempo para realizar mejores contenidos educativos que hasta luego podría encargar al avatar que expusiera, redundando al final en una mejor calidad educativa para el alumno.

Lo que nadie duda es que la inteligencia artificial tiene el potencial de transformar la educación y hacerla más accesible, eficiente y personalizada. Un avatar generado por inteligencia artificial podría ser un gran aliado para los estudiantes y los profesores, y abrir nuevas posibilidades de aprendizaje si se realiza, claro, con inteligencia y honestidad.

¿Qué es COPILOT?

Uno de los ejemplos más claros de cómo la IA está resultando útil en enseñanza ha sido justamente con una aplicación para programadores que ha hecho correr ríos de tinta digital, hablamos de COPILOT.

COPILOT es un sistema de inteligencia artificial que se integra con un editor de código, sugiere líneas o bloques de código relevantes para completar un proyecto. COPILOT se basa en miles de millones de líneas de código público y privado que ha analizado y aprendido, y puede adaptarse al estilo y preferencias de programación del usuario.

Entonces si el programa ya crea el código ¿Cómo puede ayudarte COPILOT a estudiar programación? Pues de muchas formas, veamos:

  • Repasar conceptos básicos o avanzados de programación, como sintaxis, estructuras de datos, algoritmos, etc. la IA puede mostrar al programador ejemplos prácticos de cómo usarlos en diferentes contextos y situaciones.
  • Explorar nuevas tecnologías o herramientas que interesen o que quiera aprender el programador, el sistema puede guiarle paso a paso para crear proyectos sencillos o complejos, de manera que a través de la práctica el programador asimila y comprende las diferentes técnicas de programación
  • Resolver problemas o desafíos de programación que encuentres en cursos, libros, plataformas online, etc. La inteligencia artificial puede ofrecernos soluciones alternativas o mejoras al código, explicando cómo funcionan y por qué son adecuadas, resolviendo así las dudas que podamos tener cuando delante de un libro es imposible aclararnos.

COPILOT no es un sustituto del aprendizaje o la práctica de la programación, sino un complemento perfecto para el profesor que puede facilitar el proceso educativo, haciéndolo más productivo y creativo.

Estos son solo algunos ejemplos de trabajos donde las inteligencias artificiales podrán complementar o quizás con el tiempo hacerlo mejor que los propios humanos. Sin embargo, esto no significa que debamos temerlas o rechazarlas, sino que debemos aprovechar sus ventajas y aprender a colaborar con ellas. Las inteligencias artificiales pueden ser nuestras aliadas para mejorar nuestra calidad de vida, nuestra productividad y nuestra creatividad. Lo importante es encontrar el equilibrio entre la tecnología y la humanidad.

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