Málaga

A 10.000 kilómetros de la Pachamama

  • El festival por la integración sociocultural toma la Plaza de La Marina durante tres semanas

El quechua ecuatoriano Enrique Pulupa relata cómo su "abuelita conversaba" con la Pachamama. Le hablaba, lloraba y reía a la tierra. Además de la lengua, la abuela le legó "una cosmovisión" especial para vivir en armonía. Pero "como tenemos que sobrevivir dentro del capitalismo", Pulupa vendía ayer junto a su esposa pañuelos y fulares a dos euros en la Plaza de La Marina, en el I Festival Intercultural Ciudad de Málaga por la Integración Sociocultural que se celebrará de lunes a miércoles durante las próximas tres semanas. En conjunto 44 asociaciones y entidades participan en esta muestra intercultural organizada por el Ayuntamiento de Málaga.

Enrique Pulupa llegó a España en 1991 para vender la artesanía que producía en una cooperativa en Ecuador. El negocio artesano dio muestras de agotamiento y "como para vivir hay que adaptarse", la familia pasea por ferias de toda España sus productos de aires indígenas a precios asequibles. Eso sí, tres meses al año vuelve a Ecuador, al reencuentro con la Pachamama, a trabajar en aquella cooperativa que ya no se dedica a la artesanía, sino a la agricultura ecológica.

Sólo a unos metros del puesto de la familia Pulupa, Benoît Malherbe ejerce de francés: bajo la marca de la Alianza Francesa explica a los asistentes las diferentes opciones para estudiar el idioma aquí o en Francia, opciones para viajar por aquel país y oportunidades para familiarizarse con su música y literatura. Benoît, que llegó a Málaga procedente de Los Alpes franceses hace dos meses para hacer prácticas de Relaciones Públicas , está contento en la ciudad: "La gente es muy abierta", dice. Pero no está demasiado satisfecho con el plan laboral que ha encontrado para hacer prácticas "sin cobrar". Junto a él, en el mismo expositor, la paraguaya Silvina Bael y el ghanés Kwadwo Afram venden lechugas ecológicas y jabones naturales. La recaudación es para la organización ACEM que presta ayuda a los inmigrantes y refugiados. De hecho, ellos viven en uno de los tres pisos que tiene la ONG en Málaga en los que conviven cerca de 30 personas.

Silvina, que tiene un bebé de seis meses, reconoce la labor que realiza la asociación. "Me quedé parada y se me acabó el dinero, no podía pagar un alquiler y aquí me ayudan mucho. Tenemos psicólogos y orientadores laborales, la comunicación es estupenda y al ser de muchos países enriquecedora". De hecho, los compañeros de piso marroquíes de Silvina le están enseñando árabe mientras que ella les ayuda con el español. Entre estos compañeros de pisos está Kwadawo, que desde hace cuatro años atiende en solitario a sus hijos de ocho y cinco años.

Algunos metros más allá, a través de un recorrido que discurre entre puestos de pastas, quincallas y bebidas, ya en uno de los ángulos de la Plaza de La Marina, Padam, hindú originario de Jaipur y afincado en Barcelona, exhibe sus muebles artesanos con incrustaciones de cobre y concha, junto a tallas de piedra de ónix, mientras que en el ángulo opuesto la jienense Bea Moreno apura las últimas semanas de su embarazo haciendo pulseras, anillos, colgantes y pendientes en los que imperan las mezclas de cuero y piedras.

El I Festival Intercultural Ciudad de Málaga por la Integración Sociocultural cuenta, además de con muestras de artesanía y gastronomía, con un escenario en el que actuarán un centenar de artistas que traerán manifestaciones musicales de todos los rincones del mundo.

40

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios