Dinamita Nedovic (89-78)
Unicaja - herbalife gran canaria · la crónica
Una fabulosa segunda parte del serbio (23 puntos y seis asistencias al final) acaba con la resistencia del supercampeón Gran Canaria. Notable mejoría defensiva tras el descanso.
El hombre es Nemanja Nedovic, dinamita pura, cercano a su madurez. No se puede relatar la buena victoria del Unicaja sobre el Herbalife (89-78) sin ensalzar al escolta serbio, tan superior al resto, tan determinante. Habrá que paladear su temporada, en este nivel será insostenible su permanencia en Málaga. Pero quedan muchos partidos de Nedovic vestido de verde. Ayer reventó al Herbalife Gran Canaria en una segunda parte descomunal. El nivel actual de Nedovic, salvo la distracción de la derrota del Tecnyconta, se ha visto en pocos jugadores en la historia reciente del Unicaja. Es un equipo de dimensión ahora mismo insondable, con incógnitas. Pero Nedovic es un gran punto de partida.
La victoria equilibra el balance (2-2) y permite apilar confianza antes del inicio de la Eurocup, en la que los destrozos de Nedovic pueden aumentar. Un primer tiempo igualado dio paso a un segundo condicionado por la irrupción del serbio, que había recibido un golpe durísimo de O'Neale en la tibia que puso en duda su participación tras el paso por los vestuarios. Metió 52 puntos (30 en el tercer cuarto), pero cimentó su triunfo en la defensa, una mejora nítida. En este columpio que es el deporte de élite, el Gran Canaria, loado merecidamente hasta la saciedad hace tres semanas por su título en la Supercopa y que hace poco más de un mes y medio casi ridiculizaba al Unicaja en Archidona, dejó una imagen impotente en la segunda mitad.
Si Nedovic fue el protagonista, le secundaron bien Díez y, en la segunda mitad, Lafayette. El americano salió rápido del partido, a los tres minutos. Metió la primera canasta cajista, pero perdió dos balones y no se enteraba en defensa. Emitía preocupantes señales el base americano, del que Plaza esperaba seriedad y mando, pero despertó en la segunda mitad. Nedovic metió cinco puntos y Fogg tomaba el relevo en la dirección. El serbio debió retirarse tras un durísimo choque con O'Neale que le dejó la tibia dañada. Y perderle es un problema serio, se vería después la diferencia de contar con él o no. Un gran mate del propio O'Neale distanciaba al Gran Canaria, pero cinco puntos seguidos de Dani Díez, certero cuando recibe liberado para lanzar, dejaban el marcador estrecho (18-20).
Pisó el acelerador el Gran Canaria (20-27, 0-7 de parcial) y sucedieron entonces buenos minutos de defensa cajista. Correr y anotar no debe estar reñido con ello. Es más, es más sencillo hacerlo cuando atrás se está intenso. Elevó la intensidad, aunque el peaje fue la tercera personal de Alberto Díaz, que no dejó de lanzar pese a errar. Siempre que los tiros, como los eran, sean liberados debe persistir. Brooks (30-29) devolvió el liderato y Musli empezaba a impactar en el partido. El serbio reboteaba atrás y adelante, tenía peso en las dos canastas. Lástima que le falte ese punto de contundencia que, cierto es, igual le haría estar en un club de dimensión superior al Unicaja. Pero el Gran Canaria también exhibía recursos para igualar al descanso (37-36). Había debutado en casa N'Diaye, que constató las sensaciones que dejó en su debut. Limitado en ataque, vivirá de rebotes o continuaciones claras. En defensa, sin embargo, puede ser un gran bastión. Abarca mucho campo, en las ayudas va a colocar muchos tapones (dos ayer) y condicionará tiros.
Y ahí llegó Nedovic, con un tercer tiempo en el que le faltó jugar sin zapatillas. Enorme, resquebrajó el partido con una exhibición. Hay pocos en la ACB capaces de jugar a este nivel, el que se le adivinaba pero no exhibía constantemente. Empezó con dos asistencias, a Díez y Musli. Detalle nada baladí, promedia casi seis asistencias en este inicio de temporada. Y después, un dos más uno con las botas de las siete leguas puestas, un tiro corto tras un brutal cambio de dirección, dos triples, una bandeja lejana... Una exhibición. El huracán Nedovic, más una mejora en la faceta defensiva, dejó el partido con 14 puntos de ventaja (67-53), gracias un triple sobre la bocinad el tercer cuarto de Lafayette.
De ahí hasta el final, el Gran Canaria intentó tímidamente la reacción, pero nunca bajó de los 10 puntos de renta. Cuando vio algún problema, Plaza pidió un tiempo muerto y después devolvió a Nedovic al parqué. El serbio se marchó con 16 arriba (87-71) y gritos de MVP a dos minutos del final. Dice que su reto es mantener este nivel. No todos los días meterá 23 puntos y repartirá seis asistencias. Pero si se acerca, el Unicaja podrá soñar con algo grande. Nedovic hace volar la imaginación.
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