Gol, but, gkol, goal, tor. Cuando Sergio Contreras Pardo jugaba en la cantera del Puerto Malagueño no pensaba que podría decir en tantas lenguas diferentes la palabra gol. Español, francés, portugués, griego, inglés, azerí y alemán, hasta en siete idiomas diferentes ha gritado gol el delantero malagueño Koke. La última, el viernes pasado en Alemania, con su actual equipo, el Jahn Regensburg, de la Bundesliga 2. Allí, en Baviera, a 45 minutos de Múnich, empezó el último día del mercado de fichajes (31 de enero) su nueva etapa el particular Phileas Fogg costasoleño, cuyo hito no tiene parangón en el balompié español. Y aún tiene 29 años...

"Esto es otra historia, la organización y la seriedad es increíble. Jugamos en la Bundesliga 2, pero el viernes lo hicimos en Hamburgo, en el campo del St. Pauli, con 30.000 personas. Hace poco hubo un derbi en Berlín, Union contra Hertha, en el que hubo 80.000 personas. Y están también Colonia, Bochum, Kaiserslautern... Equipos grandes, habituales en competiciones europeas y con estadios increíbles", relata Koke desde Regensburg (Ratisbona en castellano), una clásica ciudad bávara cuyo centro histórico medieval es considerado patrimonio de la humanidad por la UNESCO, está surcada por el Danubio y tiene unos 150.000 habitantes. A 45 minutos del importante aeropuerto de Múnich, las comunicaciones son excelentes. Allí pelea por salvar a su equipo del descenso. Es colista con 17 puntos, a siete del puesto de promoción que ocupa el Dynamo de Dresde. "Está bastante complicado. Cambiaron de entrenador y ahora está Frantisek Smuda, que fuera seleccionador de Polonia en la última Eurocopa. Me ficharon a mí y a De Guzmán, el que estuvo en el Deportivo, en el mercado de invierno. Está complicado, igual llegamos ya algo tarde, pero vamos a pelear. El viernes, por ejemplo, perdimos en el descuento 3-2 en el campo del St. Pauli", cuenta el de Carranque, que en ese encuentro marcó el empate a uno y estrenó su cuenta goleadora en Alemania, algo que ya había hecho en los seis países anteriores en los que jugó: "Tras varias experiencias no buenas en los dos últimos años sería ideal quedarme en Alemania, ahora mismo es lo que más me apetecería. Da gusto jugar aquí".

Koke, al que Joaquín Peiró hizo debutar en el primer equipo del Málaga hace ya más de una década, ha jugado también en Francia (Olympique de Marsella), Portugal (Sporting), Grecia (Aris de Salónica), Estados Unidos (Houston Dynamo), Azerbaiyán (FC Bakú) y ahora en este Regensburg alemán. En todos los países marcó al menos un tanto. Las dos últimas temporadas no han sido fructíferas para el malagueño, que ha estado ocho meses sin jugar por un conflicto contractual con el FC Bakú, su anterior equipo. Tras acabar la temporada 2011/12 allí (en la que conquistó, con gol suyo en la final, el título de Copa, junto a la Intertoto en el Málaga los títulos de su carrera más dos subcampeonatos coperos con el Aris), él pretendía su libertad, tenía contrato hasta diciembre, y el club azerí no se la concedió, así que permaneció en Málaga durante este tiempo, entrenando con los juveniles del Puerto Malagueño, hasta que surgió esta opción alemana que tomó.

Echando la vista atrás, Koke estima que sus años en el Aris fueron los mejores de su carrera, aunque estar en Grecia igual le quitó foco para haber llamado la atención de un equipo mayor. "Allí me sentí plenamente realizado como futbolista y muy reconocido por todos. Los de Salónica fueron años increíbles, jugamos dos finales de Copa, le ganamos muchas veces al Olympiacos y al Panathinaikos, jugamos en Europa... Y yo jugué mi mejor fútbol", cuenta el malagueño, que era el capitán del Aris y un jugador venerado por la hinchada. "En cuanto a dimensión del club, nada comparable al Olympique de Marsella, de largo el más grande en el que he jugado. Allí sí que hay presión", admite.

Como todos los malagueños, Koke mira de reojo al miércoles. "¿Qué? ¿Cómo está el equipo y Málaga con el partido?", inquiere para informarse del partido de vuelta ante el Oporto: "Yo creo que se puede, estoy convencido, La Rosaleda empujará y meterá un gol. Es un resultado peligroso el 1-0, pero se puede, seguro".

Desde Baviera, un malaguista más, uno que estuvo en aquella histórica UEFA de hace una década. Desde entonces no ha dejado de dar vueltas. Y de marcar goles. Hasta en siete países.